CAPÍTULO 13

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Nos separamos unos segundos o minutos después por falta de aire y apoyé mi frente sobre la suya, a medida que mi respiración se normalizaba. Dejó un corto beso en mis labios aprovechando la distracción para luego sonreír. - Te dije que te iba a dar un beso - susurró.- No era que no te acordabas de nada? - pregunté algo confundida.- Si me acuerdo, de todo, pero me da un poco de vergüenza, no quería que me vieras de esa forma. Perdoname por lo de ayer, en serio.- Ey - susurré para que me mirara - Ya está, le puede pasar a cualquiera.- No, a mi no me tiene que pasar - dijo aparentemente enojado y fruncí el ceño - Ya pasé por esto y no quiero volver siempre a lo mismo.De verdad no estaba entendiendo nada, pero supuse que se refería a ese pasado que quiere ocultarme.- Algún día me vas a contar todo eso que te pone tan mal? - Algún día - respondió y asentí - Tengo un regalo para vos - agregó cambiando de tema y me aparté para aplaudir, emocionada.- Qué? Qué es? - pregunté ansiosa y rió.- Sorpresa. Te lo doy con una condición - dijo sonriente y bufé.Sus condiciones siempre lo beneficiaban a él antes que a mí.- Un beso - dijo cerrando los ojos y haciendo trompita. Reí fuerte.Llevé mi mano a sus cachetes y lo sacudí para que afloje la boca, aún riéndome de la cara que había puesto. Me acerqué un poco dudosa y lo besé con timidez al principio. Lo noté sonreír antes de seguirme el ritmo, lento y tierno. No me quería apartar de él por nada en el mundo, no se qué hizo conmigo pero me estaba volviendo adicta. Un par de segundos más y me separé, mirándolo a los ojos.- Mi regalo - exigí y largó la risa.- Ya vengo - besó mi frente y se paró de la reposera, para desaparecer detrás de mí.Tapé mi boca con ambas manos y me quedé mirando el agua de la piscina. Mi mente daba mil vueltas por segundo. No entiendo cómo en tan poco tiempo cambió todo. Qué hago yo con Julian? Cuándo me iba a imaginar que iba a estar con él después de un mes de puras peleas y odio? No pude evitar reírme. Sacudí la cabeza y al poco rato sentí un ruido y giré. Venía caminando con una caja un tanto grande en sus manos. La dejó en el medio del pasto y me levanté rápidamente hasta llegar a su lado. Me miraba un poco nervioso y sonreí. - Puedo? - pregunté señalando la caja y asintió, estaba más ansioso que yo definitivamente.No podía creer lo que veía, levanté la cabeza y mis ojos se alternaron entre los suyos y mi regalo. Sonreí como una idiota y rápidamente lo saqué de la caja. Era un Bulldog Inglés, cachorro, diminuto. Pegué un gritito de emoción y me colgué de su cuello mientras con la otra mano sostenía a mi nuevo perrito.- Gracias, gracias, gracias, es lo más lindo que vi en mi vida - grité.- Después de mí.- Después de vos, sí - dije entre risas y le di incontables besitos como agradecimiento. - No lo hablé todavía con tus padres, lo tenía ilegalmente en mi cuarto - dijo rascándose el cuello y me puse seria de golpe.- Me estás jodiendo? - negó con la cabeza, divertido y preocupado a la vez - No creo que les moleste igual, mira lo que es este gordote - agregué embobada, con voz de bebé, mientras le apretaba los mofletes al perrito.- Eso espero, no quiero que me echen justo ahora - dijo, acariciando con una mano mi espalda y con la otra le rascaba la cabeza al cachorro - Cómo le vas a poner?- Lo tengo que pensar.- Es macho, así que lo más justo es que tenga mi nombre - dijo muy convencido y largué una carcajada.- No hay chance nene, es mío, yo le elijo el nombre.- Quién te lo regaló?- Draco - grité entusiasmada.- Eh? - su cara me dio risa.- Así se va a llamar - dije y no pareció muy convencido - Draquito saluda a papá - agregué y él sonrió, casi tan embobado como yo.Nos quedamos un par de horas jugando con Draco en el jardín como si tuviéramos cinco años. Aún me parecía raro pasar tiempo con él, riendo en vez de puteando, y mi mayor miedo era que en cualquier momento volviéramos a la relación fría de antes.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora