CAPÍTULO 64

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A la noche pasé a visitar a mi amiga como habíamos quedado, más producida que como acostumbro a visitarla, pero sabía que Julian iba a estar ahí. Lo que no estaba en mis planes era que Emma estuviera también, ni mucho menos, pegada a él todo el maldito tiempo.

- Y? Qué onda con Juan? - preguntó tan confianzuda como siempre, mientras abrazaba a un Julian más malhumorado que nunca.

- Eh... no se, es un buen chico, pero recién nos estamos conociendo - dije con un poco de vergüenza.

- Me contó que estuvieron hablando mucho por whatsapp - largó a propósito y le sonreí falsamente.

- Un poco - respondí, evitando la mirada de Julian.

La comida me cayó más pesada que de costumbre de solo verlos juntos todo el tiempo. Ella parecía no querer perderse ni un segundo de estar a su lado y él, aunque se lo notaba algo incómodo, no hacía nada por evitarme el mal momento.

- Cómo es eso de que hablan mucho por whatsapp? - preguntó en voz baja cuando nos cruzamos en la cocina.

Reí, era un caradura por ponerse celoso después de la cantidad de cosas que yo tenía que soportar.

- Tengo que darte explicaciones?

- Sí, y ahora - se apuró a decir.

Bufé.

- Hablamos un par de veces, buena onda - dije desinteresada y su mandíbula se tensó - Creo que tu chica exagera un poco porque me quiere sacar del medio.

- No la metas en esto, si te gusta el pibe hacete cargo y decímelo en la cara.

- En serio no te das cuenta? - pregunté ya cansada - Por qué crees que me lo presentó con tanto entusiasmo? Si los dos sabemos que no me banca ni un poco. Y ahora mágicamente se interesa por mis cosas, por favor Julian date cuenta.

- Ella te lo presentó pero a vos no te costó nada avanzar.

- Ey, qué pasa acá? - interrumpió Agustín y suspiré, si él no aparecía probablemente ya estaría pegándole con una olla en el medio de la cabeza.

- Pasa que tu amigo es un imbécil - solté antes de desaparecer de ahí, sin siquiera mirarlo.

No pude evitar sentirme incómoda durante todo el rato que permanecimos los tres en el mismo ambiente, sin mencionar el momento en que ambos se encerraron en el cuarto de Julian y yo quedé en medio de mis amigos sin saber qué hacer. Por suerte la confianza sobraba y ellos no son de esas parejas que están todo el día pegados, podría pasar horas hablando con Jenny y Agustín sin sentir que sobro.

A los pocos minutos de que la película empezara los escuché salir del cuarto entre risas, y conté hasta mil para no darme vuelta a mirar. Emma se despidió rápidamente de nosotros y desaparecieron los dos por la puerta de entrada.

- Siempre la tiene que llevar a la casa, ni eso puede hacer sola - explicó Agustín al ver que mi mirada seguía fija en la puerta recientemente cerrada.

- No me importa - me apuré a decir, intentando no pensar en eso, y ambos rieron.

- Qué hacen? - preguntó al volver a entrar al departamento, media hora después.

Ninguno respondió ni apartó su mirada de la película, y no le quedó otra que sentarse en silencio, a mi lado.

- Qué película es? - volvió a interrumpir, pero esta vez en un tono más bajo, como para que solo yo lo escuchara.

- No jodas, Julian - respondí sin mirarlo.

- Estás enojada? - soltó a los pocos segundos y bufé, no iba a parar nunca.

- Sabes que sí? Estoy enojada - susurré.

- Por cual de todas las cagadas que me mande?

- Por seguirle el juego a ella y desconfiar de mí, por llevártela a tu cuarto estando yo presente, por llevarla a la casa y demorar mil horas - largué en el mismo tono de voz, él sólo rió.

- Estás celosa?

- Podés dejar de hacer preguntas estúpidas?

Volvió a reír, y mi mal humor se triplicó.

- No hicimos nada en el cuarto - confesó luego de un prolongado silencio y me encogí de hombros.

- Igual, no daba.

- Es que estaba enojado por lo de Juan - dijo y le extendí mi celular - Qué pasa? - preguntó, confundido.

- Lee la conversación a ver si te quedas más tranquilo.

Me miró dudoso y enseguida comenzó a leer. No demoró más de unos segundos, ya que los diálogos no podían ser más superficiales. Lo máximo que podía llegar a encontrar era un "te quiero ver" y por parte de él.

- Te dice linda - dijo al devolverme el celular.

Reí.

- Vos también me decís así.

- Pero yo soy tu novio - dijo sin pensarlo.

- Mi qué? - pregunté entre risas - No te confundas chiquito.

- Se pueden callar? - gritó Jenny y volví a reír - Váyanse al cuarto si no van a mirar. Pero no hagan ruido porque duermo al lado y no quiero tener pesadillas.

- Que se vaya él, yo también estoy mirando - me defendí.

Permanecimos en silencio durante un largo rato y no podía concentrarme en otra cosa que no fuera su mirada fija en mí.

- La podés cortar? - susurré.

- Qué hice ahora? Sólo te estoy mirando - dijo como si no lo hubiera notado.

- Hace media hora que me estás mirando - protesté, bastante molesta.

- Es que me gustás - murmuró y lo miré, me sonreía como un nene y no pude evitar reir - Me gustás mucho.

- Basta.

- Por qué? Te estoy diciendo la verdad - dijo con una inocencia que no me ayudaba para nada a resistirme.

Me mordí el labio para reprimir una sonrisa y él permaneció unos segundos observando con atención aquel gesto.

- Te dije que no quiero estar en el medio de una relación, y vos no estás haciendo nada para colaborar.

- Me importa una mierda, ni siquiera es una relación - dijo despreocupado y lo miré sorprendida, cómo podía no importarle?

- Dijiste que la querías.

- Una cosa es quererla y otra muy diferente es querer estar con ella.

- Entonces decíselo, porque estás siendo muy injusto - dije y asintió, no me gustaba para nada la forma en la que se estaba comportando con ella, por más que se lo mereciera.

- No tuve la oportunidad pero se lo voy a decir, te lo prometo.

- Deja de prometer cosas, estúpido - dije y largó una risa.

- Hablando de prometer, yo te había sugerido algo sobre encerrarte en mi cuarto, te acordás? - preguntó, cambiando de tema.

- Mmm no, no me acuerdo - murmuré, haciéndome la desentendida.

- Vas vos primero y yo después? - susurró cerca de mi oído y reí.

- No voy a ir, ni lo sueñes - dije con la vista fija en la pantalla.

- Dale pendeja - insistió antes de llevar sus labios al hueco de mi cuello.

Me removí algo incómoda cuando empezó a dejar suaves besos allí y lo sentí sonreír sobre mi piel al notar cómo mi cuerpo reaccionaba ante el roce de sus labios.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora