Estaba algo incómoda, Jenny como siempre en la suya con su novio y yo entre los amigos de Julian, escuchándolos hablar a los gritos, todos a la vez, quien sabe sobre qué. Nos había presentado ante ellos como sus amigos de Buenos Aires, pero a pesar de que me haya molestado me di cuenta que realmente éramos eso, ni más ni menos.- Hoy te dejo por ser mi cumpleaños - dijo mientras se sentaba a mi lado, dejando una botellita de cerveza al alcance de mi mano.La agarré y no demoró mucho en chocarla con la suya y tomar un trago. Lo imité.- Seguís controlándome? - pregunté sonriendo.- Ya no puedo - se encogió de hombros - Gracias, me encantó - agregó mientras se sacaba de abajo de la camisa la cadena que le regale, con unas chapitas donde estaban grabados sus datos. - De nada, sabía que te gustaban esas cosas - respondí algo nerviosa y él asintió sonriendo.Poco a poco me fue ignorando hasta que terminó completamente alejado, bailando con sus amigos con su quinto o sexto vaso de fernet en la mano. Pablo se unió a ellos al poco tiempo y Jenny se sentó a mi lado.- Un poco raro, no? - preguntó luego de unos minutos en silencio, durante los cuales ambas mirábamos hacia el frente, donde se encontraban los chicos.- Él? Sí - respondí de mal humor y rió.- Hablaba de la situación en general, pero por qué decís que él está raro?- No viste como me trata? Como si no me conociera, apenas me dirige la palabra, aunque en parte está bien, somos como dos desconocidos.- Es lógico, Ori. Hace más de un año que no se ven, es obvio que van a estar incómodos o tímidos, dale tiempo.- Cuánto tiempo? Te recuerdo que no falta nada para que nos volvamos y solo crucé un "gracias", "de nada" con él. No viajé horas para verlo bailar en pedo con sus amigos - dije al borde del llanto.- Y bueno, andá y hablale, no vas a conseguir nada quedándote acá sentada, él no va a venir siempre a buscarte, dale, movete - dijo dándome un empujón y reí ante su actitud. Nos dirigimos hacia donde estaban ellos y me dediqué unos minutos a observarlo. Probablemente ni haya notado mi presencia, estaba en otra, completamente borracho y divertido, pasándola bien a su manera. Finalmente tomé su mano y tiré de él, quien se sorprendió al ver que era yo y poco a poco una inmensa sonrisa se apoderó de su rostro.- Cómo la estás pasando? - pregunté mientras me movía al ritmo de la música, intentando que me siguiera.- Ahora mucho mejor - respondió acercándose un poco, hasta quedar a centímetros de distancia – Te extrañé - susurró en mi oído y me tensé.- Yo... también - murmuré nerviosa mientras clavaba sus ojos en los míos y posaba una mano en mi cintura.Me colgué de su cuello y rápidamente corté con la poca distancia que nos separaba. Capturé sus labios de la forma más desesperada que había experimentado en mi vida, y a él pareció no molestarle porque sus labios respondieron de la misma forma. Se notaba que nos habíamos extrañado, se notaba en cada roce, en cada caricia, en la velocidad e intensidad de nuestros besos, en cada leve mordida suya, y en las mías también. Me aparté de él por la incomodidad que me provocó que sus amigos nos empezaran a gritar cosas, pero a él pareció no importarle, o estaba tan borracho y concentrado que ni lo había notado. Sonreí con vergüenza al notar lo rojos que estaban sus labios y peiné su flequillo hacia atrás mientras él no dejaba de observarme atentamente con sus ojos brillosos.- Me parece que no tenemos mucha privacidad - dijo gracioso y reí, negando con la cabeza - Vení, vamos a otro lugar - agregó tirando de mi mano.Me llevó hacia adentro de su casa y reímos al ver que en cada rincón había gente, que probablemente ni él conocía. - Mmm cada vez peor - comenté y rió.Me llevó escaleras arriba y entramos en lo que seguramente era su cuarto. Estaba iluminado por las luces del exterior que entraban por la ventana y no hizo falta prender la luz. Se sentó en su cama con torpeza y me hizo señas de que haga lo mismo. Finalmente dejé mi celular en la mesita de luz y me acomodé a su lado.- En qué estábamos? - preguntó con una sonrisa pícara y reí.- En que íbamos a habl...Él y su manía de callarme con besos. Me agarró con fuerza por la cabeza y me besó con incluso más intensidad que hacía unos minutos en el jardín. Llevó una mano a mi pelo y tiró un poco de él para bajar poco a poco por mi mandíbula hasta llegar al cuello, donde se entretuvo durante unos cuantos minutos. Al poco rato volvió a devorar mi boca y cuando quise acordar ya estaba inclinándose sobre mí hasta quedar ambos recostados, con su cuerpo sobre el mío. Poco a poco su mano fue bajando por el costado de mi cuerpo hasta llegar a mi pierna, y en un solo movimiento se sacó la camisa por la cabeza, como si fuera una simple remera.Me miró a los ojos durante unos segundos y sentí que se me iba a salir el corazón del pecho. No había venido buscando esto, no era lo quería ni lo que esperaba. Volvió a besarme con torpeza, necesidad, deseo. Llevé mis manos a su pecho para intentar separarlo pero fue en vano. Evidentemente estaba en otra sintonía, muy alejada de la mía. - Basta, Julian - dije como pude, entre sus labios.- Shhh - respondió para continuar con lo que hacía.- Salí - chillé y se apartó enseguida.- No seas pendeja, Oriana - se quejó y fruncí el ceño, comenzando a dejar caer algunas de las lágrimas que estaba conteniendo.- Salí, por favor - supliqué al ver que no pensaba moverse de arriba mío.Volvió a sentarse, algo alejado y con un notorio mal humor.- Se puede saber qué te pasa? - preguntó confundido.- A vos qué te pasa, imbécil? - grité con bronca - Vine a hablar con vos, vine ilusionada porque moría de ganas de verte, de estar con vos, pero no de la forma que esperabas o que querías, no así.Llevó ambas manos a su cabeza, despeinándose por completo para luego sacudirla. No puedo descifrar lo que pasaba por su mente, cada vez me sorprendía más.- Perdón - largó finalmente, luego de varios minutos de silencio - Sabes que nunca te apuraría ni te obligaría a hacer nada que no quieras, Ori, perdoname - agregó preocupado.- No se nota - murmuré y bufó.Se acercó y al intentar limpiar mis lágrimas le aparté la cara. No estaba de humor para nada, ni para una mínima caricia. - Que termines bien - finalicé lo más fría posible, y aunque intentara detenerme, agarré mis cosas y salí lo más rápido que pude de esa habitación.
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Maldito Destino-Orian-
FanfictionNovela Orian - "Julian Serrano y Oriana Sabatini" Prólogo ♡ No puedo dejar de admirarlo mientras conduce. El viento que entra por la ventana peina naturalmente su flequillo hacia arriba. Su mirada tan fija en la carretera, y su mano derecha con tan...