CAPÍTULO 59

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Peiné su húmedo pelo hacia atrás con suavidad, sin intenciones de despertarlo. Era increíble la paz que transmitíaCuando miré el reloj eran aproximadamente las doce del mediodía, había pasado unas cinco horas viéndolo dormir y me parece perfecto.

Poco a poco se fue removiendo en el lugar con pereza, para luego estirar su brazo y con él rodear mi cintura, pegándome a su cuerpo. Contuve la respiración y cerré los ojos para disfrutar del contacto.

- Wow - soltó apenas abrió los ojos - Estoy soñando, pellizcame.

Lo hice y gritó exageradamente.

- Era una forma de decir, bruta - se quejó y reí.

- Bueno ya está, me podrías ir soltando - pedí, aunque no era exactamente lo que quería.

Se alejó de mí con una sonrisa pícara, sin dejar de observarme a medida que se desperezaba. Aparentemente le divertía más que a mí el histeriqueo.

- Voy a preparar algo para desayunar. Lavate la cara y vestite, por favor - prácticamente rogué, iba a ser perjudicial para mi salud verlo por mucho tiempo más en bóxer.

- Si má - respondió entre risas.

Puse a hacer café y tostadas para mí y le preparé una taza de leche con los cereales que él solía tomar. Me había transmitido un poco el vicio después de tanto tiempo juntos y de vez en cuando me encontraba sola en la cocina tomando lo mismo y recordándolo.

- Vos también vestite, así no puedo - dijo, sacándome de mis pensamientos, y giré sobre mis talones para mirarlo - Por cierto, linda remera.

Ya tenía puesto el jean de la noche anterior por suerte. Se había recostado contra la puerta de la cocina con Draco en brazos, quien le estaba lamiendo toda la cara. Sonreí inconscientemente por verlos juntos después de tanto tiempo.

- Soy local, Julian, yo pongo las reglas - lo desafié y sonrió aún más.

- Me gusta eso.

Negué con la cabeza y apoyé su taza sobre la barra de la cocina. Lo dejó al perro en el piso y fue corriendo a sentarse en la banqueta como un niño entusiasmado. Alternó su mirada entre los cereales y mi rostro expectante y sonrió de oreja a oreja.

- Cómo te acordaste? - preguntó sorprendido.

- Cómo podría olvidarme? Te conozco hace cuatro años, y al parecer seguís siendo el mismo nene de siempre.

Rió mientras llevaba una cucharada a su boca y yo lo contemplé embobada hasta que estuvieron listas las tostadas. Finalmente me senté frente a él y ambos permanecimos en silencio durante unos minutos.

- Que recuerdos me trae este departamento - largó y tapé mi cara con vergüenza - Sí, este lugar también.

Reí sin poder evitarlo y él se contagió.

- A mi también, cada maldito día de mi vida - dije nostálgica.

- Estaremos haciendo todo mal? - preguntó poniéndose serio y me encogí de hombros - No quiero estar otro año alejado de vos, eso es lo único que sé.

- Qué querés decir? - pregunté más confundida de lo que ya estaba.

- Que quiero estar cerca tuyo, aunque sea como amigos, no se.

Reí.

- Amigos vos y yo? Posta? Es una locura, Julian.

- Bueno ya se que me tenés ganas y no se si te vas a poder contener - bromeó y volví a reír, mordiéndome el labio - Pero podríamos intentarlo, capaz que nos ayuda a darnos cuenta si estábamos haciendo todo mal antes.

Lo observé durante unos segundos con la taza de café cerca de mi boca. No necesitaba ningún tiempo para pensarlo, claramente yo también necesitaba tenerlo cerca, pero no se si ser "amigos" iba a solucionar las cosas o simplemente empeorarlas.

- A Emma no le molestará que seas amigo de tu ex?

- Na, me la bajaste de una forma - dijo frustrado y reí.

- Está bien, probemos - largué por fin y él sonrió victorioso.

Una vez que terminamos de desayunar nos tiramos cada uno en un sillón y buscamos una serie para comenzar a mirar de cero, como en los viejos tiempos. Sin duda era lo que más nos gustaba hacer, estar acostados disfrutando de las cosas simples.

- Gorda - escuché y giré a mirarlo, sorprendida.

Se me borró la sonrisa cuando comprendí que estaba hablando con ella. Sostenía el celular con su mano derecha y miraba hacia la nada, serio.

- No puedo ahora, estoy... en lo de un amigo - me miró con el ceño fruncido y rodé los ojos.

Me di la vuelta y seguí mirando el capítulo, algo fastidiada.

- Está bien, nos vemos a la noche, un beso.

Cortó y tiró el celular sobre la mesa.

- Perdón - soltó enseguida.

- A mi no tenés que pedirme perdón - dije y se produjo un silencio - No deberías mentirle, mira como terminamos nosotros por eso.

- Tenés razón, voy a intentar explicarle - respondió y le sonreí sin ganas.

Se fue de casa una vez que se secaron su camisa y el bóxer. Dejó un sentido beso de despedida en mi mejilla que casi provoca que me cayera al piso de no ser que estaba sosteniéndome con firmeza del pestillo de la puerta. No demoré en abrir mi conversación de Whatsapp con Jenny en cuanto estuve sola.

"Vení ya que tengo noticias FUERTES"

Reí al leer su respuesta.

"Tema Julian?"

"Tema AMIGOS"

"Cortala con las mayúsculas Oriana, me alterás"

Supe por lo curiosa que era que ya venía en camino, así que no hice más que cambiarme y tirarme en la cama a esperarla, donde horas atrás había estado durmiendo él. Seguramente su olor se podía sentir desde el ascensor, y agradecí aquello, podría pasar el resto de mi vida oliendo ese perfume y apuesto a que no me cansaría.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora