CAPÍTULO 56

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Las siguientes semanas fueron similares. Nos veíamos solo por las noches y descargábamos la energía de todo el tiempo que pasábamos separados. Lo disfrutaba, para ser sincera, pero no estaba del todo conforme con que nuestra relación se redujera simplemente a eso.

- Qué piensan hacer? - pregunté mientras lo veía juntar algo de ropa para llevarse a su departamento.

- Play, póker, fernet, los pibes del laburo y Agus. Lo de siempre - explicó despreocupado.

Asentí, cómo pude pensar que tendrían algún otro plan en mente?

- Ustedes?

- Jenny organizó todo, ya sabes cómo es ella - dije y rió - Calculo que saldremos a tomar algo con las chicas, nada de otro mundo.

- Justamente sé como es ella así que cuidate, no tomes demasiado porque después empezás a hacer boludeces - dijo divertido y lo golpeé en el hombro.

- Que te diviertas - murmuré, colgándome de su cuello.

Dejé un beso en sus labios y desapareció por la puerta del cuarto con su bolso colgado al hombro. Largué un suspiro y me dejé caer en la cama dispuesta a no moverme hasta que viniera mi amiga. Llegó antes que las chicas junto con una botella de vodka y comida china. Definitivamente la amaba.

Me puse un jean negro de tiro alto y un top rayado, negro y blanco, y una vez lista fui a ayudarla a preparar la mesa. Dejaría que ella se encargara del maquillaje luego. Comimos ya con nuestros vasos de vodka con speed, como para ir entrando en calor, y cuando las chicas llegaron el alcohol ya nos había pegado bastante.

Llagamos al boliche pasadas las tres de la mañana, agarrándonos entre nosotras para no perder el equilibrio. Por mi parte preferí no tomar mas, estaba lo suficientemente consciente como para saber que al otro día me sentiría pésimo.

Debo admitir que estuve gran parte de la noche revisando mi celular, no sé por qué tenía la esperanza de que Julian me escribiera en algún momento aunque estuviera con sus amigos.

Bailamos un largo rato con un grupo de chicos para hacerle el favor a nuestras amigas solteras, que al finalizar la noche desaparecieron con ellos. Hicimos lo posible por deshacernos de los que no tuvieron suerte pero aunque no pudimos, al menos conseguimos volvernos con ellos en su auto, Jenny y yo. Mi amiga tuvo la brillante idea de darles una sorpresa a nuestros novios por lo que nos dejaron en su departamento y entramos con una llave que ella tenía.

Nuestras risas desaparecieron en cuanto atravesamos la puerta de entrada. Me sostuve del hombro de mi amiga porque sentí que en cualquier momento me desmayaría. Mis ojos se empañaron y no fui capaz de pronunciar palabra alguna.

En el living un par chicos se reían y tomaban fernet con cartas en sus manos. Aunque eso no fue lo que llamó mi atención, mi vista se fijó en Julian, apartado del grupo, en las sillas del comedor con Emma sobre su falda, besándole el cuello mientras él apoyaba su mano con firmeza en una de sus piernas y sonreía.

Jenny tosió para hacerse notar y automáticamente las miradas de ambos se fijaron en nosotras, mientras él rápidamente la apartaba para ponerse de pie. Tragué saliva intentando contener mis lágrimas. Los ojos de Julian estaban a punto de salirse de su rostro, evidentemente no me esperaba, así como yo no esperaba encontrarme con semejante escena.

- No es lo que parece - largó y reí con ironía.

- Vamos, Ori - susurró mi amiga, agarrándome del brazo para sacarme de allí.

Asentí sin poder hablar y salimos tan rápido como pudimos de aquel infierno.

Me senté en los escalones de afuera de su edificio cuando noté que había empezado a llover. Si algo me faltaba era tener que mojarme con el frío que hacía. Jenny se acomodó a mi lado y rodeó mis hombros con sus brazos, escondiendo mi rostro en su cuello. Ese abrazo era todo lo que necesitaba para largarme a llorar desconsoladamente. No se cuantos minutos pasaron hasta que la puerta detrás nuestro se abrió, sobresaltándonos a las dos.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora