«Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas» (2ª Reyes 4:3).
LECCIÓN.
El milagro relatado en 1ª Reyes 4:1-7 tiene como protagonista a una humilde mujer, viuda, madre de dos hijos y pobre..., ¡ni siquiera se registra su nombre! Y sin embargo nos da cátedra de emprendimiento y fe. Veamos lo que aprendemos hoy.
En este versículo ––4:3–– notamos que el milagro del aceite no habría sido posible sin la participación de la vecindad que rodeaba a la viuda. Lo que quiero decirles es que la comunidad tiene el poder para hacer efectivo el logro de tus metas (si los vecinos no le hubieran prestado vasijas a la mujer no habría ocurrido el portento). Se los pongo así: cuando eres parte de una comunidad ésta puede brindarte toda clase de vasijas: ideas, conexiones, recomendaciones, afecto, dinero, insumos, oración, espacio físico para trabajar, un lugar para vivir, en fin, las vasijas pueden adquirir mil formas. ¡Vuelve a tu iglesia local o busca una comunidad donde congregarte! De seguro allí encontrarás el apoyo que necesitas para que ese milagro ocurra.
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...