«Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová» (Ezequiel 37:3-4).
LECCIÓN.
Corría el año 597 a.C. y los judíos prisioneros en Babilonia habían perdido toda esperanza de volver a "Tierra Santa". Diez años de pesares, desilusiones y humillaciones les habían pasado factura ––¡y eso que aún faltaban 38 años más para quedar libres!––. Durante este tiempo toda expectativa de volver se había esfumado por completo. Los israelitas se habían convertido en "huesos secos". Y eso mismo sucede con quienes han sufrido mucho en la vida, se vuelven secos como un desierto árido.
Pero Dios le ofrece una solución al pueblo hasta que el milagro suceda. Él dice: PROFETIZA A LOS HUESOS SECOS. En otras palabras, "declara bendición sobre tu situación adversa, declara sanidad sobre tu enfermedad, declara prosperidad sobre tus finanzas bajas, declara gozo sobre tu tristeza agónica, declara libertad sobre esos hábitos que te atan..., ¡háblale a tu problema y dile que está vencido!". Sí, declara bendición aunque tu situación no cambie, no dejes de hacerlo porque el día menos pensado el milagro sucederá y el verdor de la vida volverá a ti.
Profetiza, declara, confiesa a pesar de que la bendición no se vea, hazlo porque hay situaciones que sólo se solucionan decretando el poder de Dios a través de la Palabra hablada.
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
