«Te aconsejo que pongas en manos de Dios todo lo que te preocupa; ¡Él te dará su apoyo! ¡Dios nunca deja fracasar a los que lo obedecen! ¡Por eso siempre confío en Él!» (Salmos 55:24).
LECCIÓN.
Versículos como estos son los que me motivan a leer más la Biblia —aunque también hay que leer aquellos versos que no nos gustan—. Aquí la Palabra es clara, nuestras preocupaciones encuentran alivio en Aquel que es capaz de remediarlas, pero para acceder a tal beneficio dos son las condiciones:
1) Obedecerle: Esto es la puerta de acceso a toda bendición. De hecho en sentido contrario la desobediencia abre la puerta a toda maldición. Por tanto será de sabios elegir la obediencia a Dios por sobre cualquier otra cosa, al hacerlo nos aseguramos Su favor.
2) Confiar: Al hacerlo ––creer en Dios y creerle a Dios–– aseguramos el éxito verdadero para nuestras vidas y para quienes nos rodean.
Así que, obedecer y confiar son dos acciones imprescindibles para acceder a la vida abundante que el Señor prometió.
ESTÁS LEYENDO
DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualitéEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
