«Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: —¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más» (Juan 8:10-11).
LECCIÓN.
Este pasaje es sencillamente conmovedor. Una mujer sorprendida en adulterio fue arrastrada por los "santurrones del pueblo" ante Jesús para que la condenara públicamente según lo exigía la ley de Moisés, pero los hipócritas se quedaron con ganas al ver que el Maestro no les hizo caso, no se dejó presionar por nadie, mucho menos por los "súper espirituales" de su época (los mismos que existen hoy). Al contrario, interpretó la Ley de una manera radical: "El que esté libre de pecado arroje la primera piedra". Y ya sabemos el final..., ¡nadie pudo sostener sus sentencias porque sus consciencias los acusaron aún más! Por eso Jesús al final dijo a la mujer: NI YO TE CONDENO.
Y si Cristo no te condena..., ¿qué haces allí culpándote por los errores cometidos? ¿por qué no sueltas la mochila de la culpa que cargas hace años? ¿por qué haces caso a los mojigatos de siempre? ¡Basta de recriminaciones! Si te arrepentiste de verdad y pediste perdón es hora de seguir con tu vida, porque si sigues condenándote jamás abrazarás la felicidad que tanto anhelas.
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
