DÍA 126: No jures, no prometas, ¡no te cases con tus propias palabras!

20 1 0
                                    

«Y Jefté hizo un voto al Señor: «Si me das la victoria sobre los amonitas, yo entregaré al Señor al primero que salga de mi casa para recibirme cuando regrese triunfante. Lo sacrificaré como ofrenda quemada» (Jueces 11:30-31).

Varios errores cometió el personaje de esta escalofriante historia, léelos para que no los cometas tú también:

1. Jefté pronunció una promesa innecesaria para convencer a Dios que le diera la victoria: En realidad no necesitas prometer nada para acceder al favor divino.

2. Jefté involucró a una persona que nada tenía que ver en su lucha: Cuando enfrentes una situación complicada no compliques a otros.

3. Jefté se comprometió a realizar un acto abominable que Dios nunca le pidió, "sacrificio humano": Una práctica pagana que Dios detestaba y detesta aún.

¿Cuáles fueron las consecuencias del proceder alocado de Jefté? Aunque cueste creerlo su hija fue quemada viva producto de un "voto" que jamás debió hacer y que Jehová jamás le pidió ni mucho menos aprobó: "¡Hija mía! —clamó—. ¡Me has destruido por completo! ¡Me has traído una gran calamidad! Pues hice un voto al Señor y no puedo dejar de cumplirlo" (v. 35).

¿Qué aprendemos? Juramentos y promesas son algo que debemos evitar, en vez de eso "que tu sí sea sí y tu no, no" (Mateo 5:37).

DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora