«Los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guió hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño» (Mateo 2:9).
Los antiguos nómadas miraban las estrellas y eran capaces de guiarse por ellas hasta llegar a la siguiente parada. Esas estrellas eran para ellos las señales que el cielo les brindaba para que no se extraviaran, de esa manera podían navegar por los desiertos de la vida.
En ocasiones para discernir la voluntad de Dios tendrás que interpretar las señales que encontrarás en tu camino y unirlas todas hasta que se forme en tu mente una especie de mapa, una ruta hacia tu destino (una señal no es suficiente, es preciso buscar más). Pero, ¿cuáles son esas señales para nosotros hoy? Son muchas, nomás que a veces estamos distraídos y no las percibimos aún estando frente a nuestras narices: Una mirada maliciosa, un gesto diferente, una acción sorpresiva, una situación difícil, un consejo bien dado, una visita inesperada, una predicación potente, un despido injusto, una mudanza de casa, el rompimiento de una relación, etc, etc, etc. No en vano la Biblia enseña: "Dios habla de muchas maneras pero no nos damos cuenta" (Job 33:14).
ESTÁS LEYENDO
DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
