«Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados que yo los haré descansar» (Mateo 11:28).
¿Has tenido días pesados, de aquellos que llegas a casa reventado de cansancio a tal punto que ni aún durmiendo puedes recuperarte? Yo sí y seguramente tú también. Sin embargo el cansancio del que quiero hablarte es uno mucho más profundo, es el cansancio del alma que embarga a muchos y que es tan peligroso que de no atenderlo puede causarte la muerte.
Ese cansancio se produce cuando el sin sentido de la vida llega a ti, entonces te hastías de todo y piensas que no hay solución para tus problemas..., ¡yo también he vivido esos episodios tristes! Ese cansancio es como una bruma que oscurece todo a tal punto que los días se acortan y los años pasan volando sin esperanza alguna. Mas hay uno que te dice "ven a mí, yo puedo darte descanso verdadero". Ese Uno no es cualquiera, es Jesús quien ofreció su vida para que tú y yo tengamos descanso eterno.
¡Gracias Señor porque en ti puedo descansar seguro! Sí, sólo en tus brazos mi alma encuentra sosiego perdurable.
ESTÁS LEYENDO
DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...