«Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho» (Génesis 21:19).
LECCIÓN.
Agar, la esclava de Sara, fue expulsada al desierto por su ama. Deambuló varios días con su hijo debajo del inclemente sol sin saber a donde ir, peor aún el agua que llevaba en su cantimplora se acabó..., madre e hijo comenzaron a morir de sed. Tristeza, frustración, soledad, hambre y toda clase de pensamientos malos rodearon a esta mujer que se había echado a morir; sin embargo a pocos metros de ella había un pozo de agua que no había visto.
¿Sabían que cuando pasamos situaciones muy complicadas la vista se nos nubla? No somos capaces de ver la salida a nuestros problemas aunque ésta se encuentre frente a nuestras narices..., ¡el sufrimiento nos ciega! Pero Dios nos socorre, Él sale a nuestro encuentro para mostrarnos el pozo de agua (una idea, una provisión, un cambio de lugar, una comunidad de fe). ¡Sí! Dios siempre tiene un "as" bajo su manga para ganar el juego y lo reserva para cuando nos hemos echado a morir en el desierto de la angustia. ¡Confía!
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...