Día 178: ¡No me llames Icabod!

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«Pero llamó al niño Icabod ('sin gloria') y dijo: "¡Se ha ido la gloria de Israel!" por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido.» (1ª Samuel 4:21).

ICABOD fue hijo del sacerdote Finees y nieto del sumo sacerdote Elí. Nació inmediatamente después que su madre recibió la trágica noticia de la muerte de su esposo y de su suegro, y de la captura del arca por los filisteos. Ella murió poco después, pero antes de su muerte lo llamó Icabod para recordar la vergonzosa derrota de Israel (1 S. 4:19-22; 14:3). Así entonces Icabod ––del hebreo îkâbôd o ajî-kâbôd––, puede significar: "La gloria de Dios se ha ido, sin gloria, sin esperanza, sin futuro, sin porvenir, derrota y amargura".

Así como esta madre que bautizó a su hijo con tan feo nombre muchas veces vendrán personas diciéndote lo mal que ta va a ir, lo pésimo que lo estás haciendo y profetizando toda clase de calamidades para ti y los tuyos. No te espantes, recuerda que siempre habrán pájaros de mal agüero presurosos a llamarte "¡Icabod!" ––el sin futuro, el sin éxito, el derrotado, el mala suerte––. Que no te importe si te llaman así porque en Dios tu nombre es: BIENAVENTURADO, PRÓSPERO, FELIZ, BENDECIDO Y ABUNDANTE.


DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora