Día 172: Aunque se enojen ¡Yo saldré triunfante!

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«Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando» (Salmos 23:5).

Es interesante este versículo, aquí aprendemos que en ciertas ocasiones ––casi la mayoría––, Dios no quita el problema sino que en medio de él se glorifica. Ajá pero, ¿cómo traducir esto en "lenguaje práctico"? Te lo pongo así: el milagro suele venir cuando la deuda está más alta, cuando la enfermedad arrecia, cuando el esposo se pone más insoportable, cuando las adversidades te rodean; entonces el Señor te abraza, te protege y prepara un banquete de bendiciones que no podrían haber llegado sin que tus opositores hubiesen intervenido. Entonces podrás decirles a aquellos que te fastidian: "lero-lero-lero" 😃

"Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial!" (TLA).

DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora