DÍA 134: No importa tu procedencia sino en lo que te conviertes después

15 0 0
                                    

«Había un hombre llamado Jabes, quien fue más honorable que cualquiera de sus hermanos» (1ª Crónicas 4:9).

Poca información se nos da acerca de Jabes, por el propio relato bíblico averiguamos que su madre le puso ese nombre porque le causó mucho dolor al nacer. Su nombre por tanto significa "el que hace sufrir" u "hombre de dolor" (un nombre nada agradable y poco esperanzador). La Biblia también nos dice que elevó una plegaria a Dios y él se la respondió (v. 10). Pero lo que más llama mi atención es la forma como el escritor sagrado lo inmortaliza, dice de él: "Fue más honorable que sus hermanos". Otras versiones dicen que fue más ilustre, más famoso, más importante y más virtuoso. 

Una cosa es cierta, aunque Jabes tenía un nombre derrotista ––porque así lo presagió su madre––, fue capaz de romper su destino y rebelarse a lo que otros decían de él. Es cierto que Jabes murió llamándose "dolor" pero pasó a la historia como el más importante, virtuoso, famoso, ilustre y honorable de sus hermanos.

Lo que aprendemos es sencillo:  "No es como inicias sino como terminas". Tú también puedes convertir las profecías fatalistas en bendición.


DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora