«―No está bien lo que estás haciendo —le respondió su suegro—, pues te cansas tú y se cansa la gente que te acompaña. La tarea es demasiado pesada para ti; no la puedes desempeñar tú solo» (Éxodo 18:17-18).
LECCIÓN.
¿Te has encontrado con personas que les gusta hacer todo el trabajo solas a pesar de que eso les cansa más de la cuenta? Yo sí, de hecho ––y muy a mi pesar–– soy una de ellas: a menudo quiero controlarlo todo, hacerlo todo, y es que pienso que si no lo hago yo entonces el trabajo no sirve..., ¡qué vergüenza, lo reconozco! Mea culpa.
Sin embargo no soy el único, ¿verdad? seguramente entre mis lectores también hay gente así: controladores compulsivos, trabajólicos empedernidos, abarcadores que piensan que entre más hacen más productivos son. ¡Error! Jetro le dijo a Moisés que hacer esto produciría doble riesgo: Cansancio personal y cansancio de quienes le rodeaban. ¡Y así mismo es! Los que trabajamos en exceso sin delegar tendemos a irnos a la cama con un cansancio enfermizo y lo que es peor, ponemos de malas a nuestros seres queridos. ¿Qué hacer? Algo sencillo pero que a los workaholic nos cuesta mucho: DELEGAR, DESCANSAR, PARAR.
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...