«El que observa el viento no siembra, y el que mira las nubes no siega» (Eclesiastés 11:4).
Hay personas que consiguen poco o nada en la vida porque se han engañado a sí mismas. Creen que pasar soñando, declarando, decretando y confesando es suficiente para triunfar, pero no es así. La verdad es que "sueños y metas no son lo mismo".
Un sueño: es un anhelo, un deseo, una expectativa de conseguir o hacer algo.Una Meta: es la declaración de una intención con el firme propósito de conseguir o hacer algo específico.
Se los pongo así: "Los sueños son la semillas de las metas". Toda meta nace de un sueño; pero si el sueño ––anhelo, deseo, expectativa–– no se pone por escrito con tiempos establecidos para cumplirlo, lugares específicos para realizarlo y nombres de las personas afectadas por la meta, siempre quedará en un mero sueño. Es por eso que los que se la pasan soñando no consiguen nada, ¿por qué? Sencillo, porque los sueños son sólo esos, sueños. Las metas son poderosas y capaces de conducirte al éxito.
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DE MADRUGADA CON DIOS
EspiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...