DÍA 38: ¡Vamos que se puede!

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«El que anima será reanimado» (Proverbios 11:25).

LECCIÓN. 

Siempre será más fácil criticar, tirar piedras, abuchear, ningunear, lanzar barro sobre la gente, menospreciar, desanimar y burlarse; pero es todo un proceso convertirse en un experto en animar a los demás ––algo en lo que todavía soy novato––. Es una habilidad que desarrollas con el tiempo. Cuando comienzas a hacerlo, animar a otros, los demás lo harán por ti, es la ley de la siembra y la cosecha que se cumple inequívocamente: hablarán a tu favor, te recomendarán, te promoverán, reconocerán tus logros y los publicarán, te conectarán, te aplaudirán, te impulsarán y hasta te premiarán. 

¿Qué esperas para ponerte a animar? No seas de los que se guardan los comentarios positivos, allá afuera, a tu alrededor hay gente que necesita palabras de afirmación: una esposa, un hijo, una madre, un compañero de trabajo o incluso tu jefe. Sé el animador que esa persona necesita, un día alguien lo hará por ti.

DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora