«¿Por qué, Señor, te mantienes distante? ¿Por qué te escondes en momentos de angustia?... No te buscan, porque para ellos no existes. El malvado hace alarde de su propia codicia... Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues sólo en eso piensa. ¡Siempre les va bien en todo lo que hacen!» (Salmos 10:1, 3, 4 y 5).
LECCIÓN.
En este salmo vemos a David rasgando su alma de frustración ante las injusticias de la vida. Inicia su oración con un sentido lamento tipo pregunta que seguramente usted también ha pronunciado, luego lo ahonda con una queja existencial: "Señor, ¿ya no me escuchas? ¿te alejaste de mí?, ¡pareciera que te burlas!... ¿Por qué le va bien a los malvados? ¡Todos sus proyectos son exitosos! Viven en paz y felicidad" (PDT, TLA, NVI). Pero la verdad es que el éxito del malvado es aparente: ¿Son realmente felices? ¿tienen paz en su hogar? ¿disfrutan en verdad todo lo que tienen? ¡Imposible! He aprendido esto: "Aunque al justo le vaya mal puede ser feliz, pero al hombre malo aunque le vaya bien nunca podrá experimentar auténtica felicidad".
¡Ánimo! Dios no te ha desamparado, no te compares con los injustos, ¡eres mejor que ellos!
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
