Día 174: ¡Corrígelo!

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«Corrige a tu hijo y te hará vivir tranquilo, y te dará muchas satisfacciones» (Proverbios 29:17).

Dios te libre de una madre que se siente cuestionada en su labor de crianza, es capaz de mandarte al mismo infierno cuando te atreves a decirle que eduque a su hijo o que lo corrija, y no solo ella, el padre también se ofende cuando algún "iluso" tiene la osadía de hacerle ver que su hijo es un bribón (cosa que papá y mamá jamás admitirán). Por fortuna la Biblia es clara y no se anda con rodeos, versículos como el del encabezado ––y varios más que encontramos en el Libro Sagrado–– nos dicen algunas verdades, ¿estás lista/o para recibir o ya te caí mal? Aún estás a tiempo de abandonar esta lectura.

1. El proverbista comienza el versículo con una voz imperativa: "CORRIGE A TU HIJO". No es una sugerencia, no es un tal vez, no es un por si acaso, es una orden que viene de "arriba".
2. El acto de corregir involucra disciplinar, enseñar, enderezar, comprometerse a enmendar las malas actitudes del niño en el tiempo oportuno y no cuando la "travesura" ha pasado.
3. Corregir es un acto de amor, no de maldad. NO te sientas culpable al hacerlo, cada vez que corriges a tu hijo le estás diciendo, "quiero que seas grande, importante, bueno..., mejor que yo, por eso te corrijo".
4. Luego el proverbista declara los beneficios de corregir a tu hijo, los resume de manera fantástica en esta frase: "Te hará vivir tranquilo, y te dará muchas satisfacciones". De esto aprendemos que disciplinar a tu niño siempre conllevará beneficios para el peques y para vos, ¿por qué entonces detener la corrección? No seas necio/a, haz de tu hijo un ser superior, para hacerlo no puedes evitar el camino de la corrección. Cuando sea grande será demasiado tarde..., ¿o ya llegaste atrasada a la corrección?                                                                                                                    5. Por último no puedes leer este versículo sin conectarlo con otros, su pura lectura hablará a tu corazón de manera directa:

- "A los niños hay que corregirlos. Unos buenos golpes no los matarán" (Proverbios 23:13).
- "Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos" (Proverbios 3:12).
- "Si tienes hijos edúcalos, corrígelos desde pequeños" (Eclesiástico 7:23).
- "El niño consentido avergüenza a su madre" (Proverbios 29:15).

Y recuerda, "si el río suena es porque piedras trae"; si ya los profesores del niño, otras madres, tus parientes, maestros de iglesia o tus pastores te dicen que tu hijo es un mal educado, no te transformes en "Hulk", más bien recibe con humildad esos tirones de oreja, es Dios que quiere librarte de ser una mala madre o un pésimo padre.

Reconozco que EL MADRUGADOR de hoy ha sido demasiado largo, discúlpenme, pero hay tanto que decir en este tema que no pude sintetizarlo, o quizá no quise.

DE MADRUGADA CON DIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora