«A la presencia de Jehová tiembla la tierra, A la presencia del Dios de Jacob» (Salmos 114:7)
LECCIÓN.
Los movimientos telúricos (temblores o terremotos) siempre fueron considerados en la antigüedad un acto de los dioses, ya sea para castigar o para mostrar su furia por algún comportamiento malo de los hombres. Así lo entendían nuestros antepasados. Los israelitas no fueron la excepción, ellos interpretaban los temblores como la manifestación de la presencia de Jehová.
Hoy sabemos que los temblores son parte del ciclo natural del planeta, sabemos que las capas tectónicas se acomodan y que eso libera mucha energía que sube a la superficie en forma de terremotos. La ciencia nos ha enseñado todo eso lo cual está bien, pero la ciencia aún no ha podido enseñarnos a no tener miedo ante tales portentos. ¿Quién queda inmune a un terremoto de 7º? Si usted dice, ¡yo no le tengo miedo! Entonces, ¿qué me dice de uno de 8º o incluso 9º? Una cosa es cierta: Los terremotos dejan al descubierto la fragilidad humana, lo vulnerable que somos ante los embistes de la naturaleza; sin embargo podemos confiar que Él está a cargo, y que incluso los terremotos se someten a su Presencia.
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DE MADRUGADA CON DIOS
SpiritualEn esta obra --en construcción-- agrupo las reflexiones que a diario publico en mis cuentas sociales a primera hora de la mañana, por lo general en las madrugadas, de ahí el nombre del libro. He venido subiendo estas reflexiones desde hace meses en...
