Aquella mañana Tony se despertó inusitadamente temprano. No había podido dormir bien. Se sentía confuso. De alguna extraña forma, tan confusa que ni podía recordarla, sus pasos lo habían llevado a abandonar su ala personal e internarse en las zonas comunes. Y eso había llevado a una tensa noche llena de terribles suposiciones.
El temor a que su celo hubiera realmente despertado lo había aterrado, dejándole con los nervios atenazados toda la noche. Imágenes de lo que podía suceder si realmente su celo sucedía nublaban su mente. No podía permitirse algo así, una señal tan clara de su condición de nacimiento. No si quería hacer lo que tenía pensado hacer. Seguir el consejo de Visión y salir al encuentro del resto del equipo, tratando de normalizar las cosas.
Bastante hostiles estaban las cosas como para sumar el descubrimiento de que era un omega y ya ni quería imaginarse en la situación de estar con su celo rodeado de los alfas más poderosos del mundo. Aún en su cama, Tony se estremeció bajo las sábanas.
Recordó la mirada penetrante de Steve, el territorial perfume a vainilla que sentía pegado a su cuerpo, el picor de su piel por acariciar la suya y el deseo de ser acariciado por aquellos elegantes dedos. Contuvo un jadeo, sorprendido ante el tirón que sintió en su abdomen. Ahí estaba otra vez, esa extraña necesidad que parecía tirar de él. Se sentía como un imán, siendo jalado fieramente hacia otra dirección. Y no le hizo falta verle a través de las cámaras de seguridad para saber que se trataba de Steve. Él era el otro imán. Y Tony se preguntó si en ese mismo momento Steve estaría sintiendo la misma desconcertante necesidad de proximidad. Por la mirada nublada que le había dedicado la noche anterior, Tony estaba seguro de que algo había sentido, pero..., ¿por qué? ¿Qué les estaba pasando?
Tony se levantó de la cama, molesto con el mundo por burlarse nuevamente de él, y se fue a la ducha. Puso el agua tan fría como su piel fue capaz de soportar y se mantuvo bajo ella, aguantando el ardor helado con el mero fin de no tocarse. Su orgullo no se lo permitía. De alguna desconcertante forma su cuerpo estaba luchando contra la medicación supresora e inhibidora que tomaba, despertando ante la química que siempre había sentido por el capitán. Pero él seguía siendo dueño de su mente, de su corazón. Y se encontraba demasiado herido como para permitirle acercarse. Siempre había creído en las relaciones sexuales sin compromisos, incluso entre amigos. Pero con Steve era imposible que un encuentro sexual fuera tan simple como eso. Ni apelando a su naturaleza de alfa amigo, esperando que le librara de ese intermitente estado de confuso celo que no terminaba de despertar, podrían ser las cosas tan simples.
Steve estaba tomándose un jugo de naranja, acompañado en la mesa por el resto de vengadores. Incluso Rhodes estaba sentado a la mesa, con su habitual rictus amargo. El único que faltaba era T'Challa quien después de su conversación privada con Tony el día del encuentro había mantenido sus visitas al complejo de manera intermitente. Era el rey de un país al fin y al cabo, había que entenderlo.
Wanda, recelosa siempre a madrugar, bostezaba con los codos apoyados sobre la mesa y parecía que en cualquier momento se quedaría dormida sobre su plato, usando las tortitas como almohada. Estaba tan soñolienta que ni siquiera parecía que le importara que se le manchara la cara de sirope.
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Only a dream
FanfictionLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...