Only a dream

Capítulo 47

Tony jadeó al sentir el violento tirón que lo separó de Steve y lo hizo regresar a su habitación en la mansión de Wakanda.

Se encontró con un asustado Loki tras él, que lo tenía fuertemente agarrado de los laterales de su camiseta. Lo miraba con sus enormes ojos verdes abiertos de par en par, como si no pudiera creerse que estuviera allí, que lo había traído de vuelta. Le había arañado un poco la piel en el proceso y le escocía el contacto con la tela de algodón.

—¡¿Qué estás haciendo?! —preguntó Loki furioso, deshaciendo el agarre y dándole la oportunidad a Tony de posicionarse frente a él.

Tony no tuvo tiempo de responderle, aunque la verdad era que no tenía nada que decir, porque Loki palmeó con desdén su hombro y desató una nube de polvo dorado.

—Odín... —gruñó Loki, mirando como el polvo dorado se desvanecía antes de caer al suelo.

Como confirmación de su razonamiento y eco de sus palabras, los truenos rompieron el silencio del exterior y los rayos rasgaron el cielo. No les cupo duda de que estaban ante otra pataleta de Freyja, que había llegado a su misma conclusión.

—Debemos hablar con ella —dijo Tony, sabiendo que no había necesidad de precisar quién delante de Loki. Estaba seguro de que había pensado lo mismo.

Intentó con todas sus fuerzas concentrarse pese a que el repentino vaivén mágico y el haber estado tan cerca de Steve lo habían dejado desconcertado. Pero Tony sabía que debía serenarse para controlar la situación. Ya tendría tiempo para pensar en eso más adelante.

—No.

—Viernes, elimina cualquier imagen que muestre mi presencia en el complejo esta noche —pidió Tony, haciendo caso omiso de la negación de Loki.

Loki abrió la boca, dispuesto a lanzarle un hechizo inmovilizador a Tony en caso de que persistiera con la idea, ya conociendo lo testarudo que era y el peligro que desprendían los cielos, cuando Brynhildr entró en la habitación.

—No debes verla, no ahora —afirmó Brynhildr—. Su furia es demasiado grande.

Gruesas gotas de lluvia bañaron con fuerza las ventanas. El ruido era ensordecedor y el ambiente cálido y soleado de Wakanda se volvió oscuro y frío.

Brynhildr se acercó a Tony y le tocó el pelo. Él la observó extrañado, porque Brynhildr no le parecía el tipo de persona que entraba en contacto con otros sin razón, reservando siempre su espacio personal. Al peinarle el pelo, restos del polvo dorado volaron alrededor de la cabeza de Tony, incluso pudo verlo frente a sus ojos, tocando sus pestañas antes de desaparecer.

—Si Odín está en medio, Freyja no debe ser consciente de sus actos en este momento, se estará dejando llevar totalmente por la ira. Si te encuentras con ella ahora, podría darte con un rayo por error.

Tony no volvió a intentar ponerse en contacto con Freyja, aunque sospechaba que si la tormenta se estaba desatando sobre ellos era porque estaba buscando su atención. En su lugar, se limitó a ver cómo los protocolos de seguridad de la mansión se activaban ante el repentino temporal. Las ventanas y las persianas se cerraron del todo; el sensor de Viernes detectó como un escudo de seguridad rodeaba la casa ante el peligro de los recurrentes rayos.

Los tres permanecieron callados, escuchando los truenos romper la música furiosa de la lluvia y el creciente viento.

—Brynhildr —la llamó de pronto Tony, clavando su mirada en ella—, ¿por qué las valquirias renegadas persiguen a Spider-Woman?

—Ellas odian toda lo relacionado con la estirpe prime, especialmente a los Alfas Prime —atajó Loki, cruzándose de brazos.

—Y precisamente por esa respuesta es que no te pregunto a ti —dijo Tony, haciendo un gesto de dejadez con la mano—. Tiene que haber más allá. Los seres humanos somos simples, a veces nos guía el poder y la ambición, incluso el deseo de venganza... Pero aún con esos deseos, ninguna guerra estalla solo con ello. Y sentí un pasión oscura en aquella valquiria, algo que no aparece por deseos banales...