Capítulo 33

6K 699 92
                                    

Freyja los guió al exterior de la sala del trono a través de las puertas que estaban a sus espadas. Daban a un corredor abierto a los jardines, con un sólido techo de oro sostenido por arcos entrecruzados de plata. Caminaron por el suelo de piedra oscura y pulida. Tony observó maravillado los jardines que crecían a ambos lados del corredor, con ejemplares de árboles que jamás había visto y crecían a sus anchas, sirviéndoles de sustento a las flores y las enredaderas que vivían a su alrededor. La brisa en el lugar era muy suave, pero más que suficiente para hacer susurrar a las hojas violetas, azules y verdes de la arboleda de aquel pequeño paraíso.

Salieron del corredor para adentrarse al jardín de la izquierda, en silencio. Se adentraron en una edificación sólida y brillante, de diseño cuadrado, que parecía haber sido hecha con acero de Damasco. En su interior, a diferencia de lo que Tony esperaba, reinaba la luz. Mientras que el exterior del edificio estaba cubierto y ofrecía un pequeño techo a los pasillos que rodeaban la infraestructura por dentro, todos estos estaban limitados en el interior por barandas y el patio interior ocupaba la mayor parte del espacio. No estaba techado, lo que permitía la entrada de la luz.

El edificio estaba vacío, con los corredores huecos. Salvo ellos, solo había otra persona en el lugar. En el centro del patio interior, una mujer empuñaba la espada con la gracia que solo podía dar la habilidad y los años de experiencia. La hacía bailar entre sus manos, girar, como si se tratara de una extensión de sus brazos. La empuñaba con tenacidad, como si se enfrentara a un enemigo invisible que contraatacaba sus ataques. Su concentración era tal que Tony tenía la impresión de que podía intuir cómo era el enemigo con el que ella estaba batallando solo por sus movimientos.

—¿Qué lugar es este? —preguntó Tony, observando de soslayo la magnífica estructura.

Recordó a Pepper y su amor por la arquitectura. Incluso siendo un lugar repleto de armas, estaría extasiada de poder contemplarlo.

—La armería de mi residencia personal.

—¿No debería haber más gente aquí? Viendo la situación... ¿O es que les has dado el día libre a tus guerreras?

—¿Día libre? —preguntó Freyja con una sonrisa, enarcando una ceja.

—Ya, no te pega —admitió Tony con un gesto desganado—. Tienes pinta de ser más como Pepper, una dictadora del trabajo.

Freyja rió suavemente.

—Tu amiga Pepper... Una muy buena beta y una gran aliada —reconoció Freyja, ante lo que Tony se preguntó hasta qué punto había la diosa espiado su vida.

—Sí, lo es... —admitió Tony antes de regresar a la cuestión—. Pero si es así, ¿por qué solo está ella aquí?

Era difícil mantener los ojos apartados mucho tiempo de la valquiria. Su cabello era dorado como el oro y brillaba ante la luz del sol. Lo llevaba sujeto en dos complicadas trenzas que nacían de los laterales de su cabeza y que se entrelazaban para formar una tercera en su nuca, que caía hasta sus caderas. Vestía una armadura plateada que, aunque debía ser terriblemente pesada, se adhería a su cuerpo y ella parecía usarla como una segunda piel. La espada, que alzó al aire en lo que Tony pensó que se trataba de un golpe final, brilló ante el reflejo de la luz. La hoja de la espada era prácticamente transparente, como compuesta por cristales que brillaban entre sí.

—La conozco... —susurró Loki, que había estado tan concentrado admirando el entrenamiento que se había mantenido totalmente distante de la conversación.

—No me sorprende —admitió Freyja con una sonrisa—. Brynhildr es de mis mejores valquirias, su leyenda auna cientos de páginas repletas de historias —le explicó a Loki, antes de volver su atención a Tony—.Como te decía, esta es mi armería personal. Solo las personas de mi mayor confianza tienen acceso a ella. El resto entrena en la armería valquiria instalada en el extremo norte del territorio, aunque hay pequeños puestos de control repartidos por todas partes que cuentan con espacios de entrenamiento. Pero no necesitáis la ayuda de ninguna de ellas. Es a Brynhildr y su poder lo que necesitáis.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora