Capítulo 49

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Tony había tramado muchos planes locos a lo largo de su vida, sobre todo desde que ciertos dioses asgardianos habían decidido jugar al vudú con él y con Rogers. Pero ninguno de ellos había terminado en el desastre en el que estaban metidos. Ni en sus más locas noches de insomnio, aquellas horribles en las que mil destinos inciertos pasaban por su mente y él se imaginaba qué podría hacer en esa situación, se había imaginado un panorama como aquel.

Thor, impulsado por toda su rabia y el deseo de proteger a Loki, había lanzado el martillo cargado de los mayores rayos que había provocado en toda su vida. Junto al escudo del capitán, que simpatizaba con sus sentimientos buscando con la mirada a Tony, fue suficiente para dejar inconscientes a todas las valquirias, aunque si hubieran sido mortales comunes habrían caído fulminadas al instante.

Las cuatro primeras plantas del Empire State estaban arruinadas. Los paneles de piedra caliza que recubrían las paredes del edificio se habían agrietado y caído contra la calzada destruida. Podía verse tras de sí el acero de la estructura, abollado. La gente se había alejado de los cristales rotos de las ventanas y aunque lo más seguro en caso de derrumbe habría sido que evacuaran el edificio, solo unos pocos se aventuraron a tomar las salidas de emergencia de la parte trasera del rascacielos. Muchos se mantuvieron aterrados, observando con temor la pelea que sucedía bajo sus pies.

Pero cualquier reflexión sobre aquella pesadilla se interrumpió al ver a Steve. Lucía más decidido y cabreado de lo que lo había visto nunca. Aunque por la manera en que recogía el nuevo escudo que él le había regalado tuvo la impresión de que ninguna de esas emociones iba relacionadas con él, al menos no directamente.

No pudo sino sentir orgullo al ver lo bien que le quedaba el nuevo traje. Los colores azul marino, rojo y blanco predominaban, como no podía ser de otra manera en el hombre de las estrellas. Dos franjas de cuero rojas caían desde el interior de sus hombreras hasta su cinturón, pasando por sus costados. Los pantalones azules se amoldaban a sus piernas tan bien que para el incauto podían parecer como los antiguos trajes de algodón que Steve había llevado en sus espectáculos para vender bonos. Pero bastaba tratar de atravesar el cuero con un cuchillo para saber que no sería tan fácil dañar la piel que había debajo con semejante protección. Aunque Steve no fuera a permitir que lo atacaran dos veces sin defenderse. Los protectores del pecho y los hombros estaban recubiertos de un cuero azul especial, escamado en forma de triángulo, rodeando la estrella de vibranium que brillaba ferozmente en su pecho con la luz del sol. Tony jamás lo admitiría, pero había usado parte de un antiguo prototipo de su reactor arc en esa estrella. El brillante escudo rojo, blanco y azul que portaba en su muñeca, anclado a la muñequera metálica del traje, brillaba con la fortaleza del vibranium y del núcleo de reactor arc que había en el centro de su estrella, creando una segunda capa defensiva en el escudo.

Steve lucía poderoso, fuerte e invencible, tal y como Tony hacía esperado que estuviera cuando diseñó su traje y su nuevo escudo. Tony temió que, tal y como estaban las cosas, jamás usara lo que había preparado para él y dejado en su habitación aquel día que había regresado al complejo. Se sintió llenó de una extraña satisfacción ante eso y el sentimiento se volvió aún más confuso cuando Steve cruzó su mirada con la suya.

Tras dos segundos de inmovilidad, el semblante fiero de Steve desapareció, dando paso a un inquieto sosiego. Las líneas entre sus cejas y la firmeza de sus labios mantenían en él un semblante serio, pero gracias a las cámaras de su traje pudo ver con claridad la expresividad de los ojos de Steve. Tony se preguntó si se sentiría más tranquilo escuchando su voz, viéndole directamente la cara en lugar de la cobertura de metal que era su armadura.

El hechizo entre los dos se rompió cuando Hulk, aprovechando que la valquiria con la que peleaba se había distraído con la intromisión de los dos Alfas Prime, la alzó en peso por encima de su cabeza y la estrelló con todas sus fuerzas contra el suelo. Atravesó varias capas de pavimento, llegando hasta la tierra seca.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora