Todos se reunieron en el salón común con la incomprensión y la alarma plasmadas con claridad en sus rostros. Había un nerviosismo general en la habitación, haciendo que el estado de alerta se acrecentara al verse los rostros unos a otros.
—¿Qué puede haber pasado para que haya tanta urgencia? —preguntó Scott, sentándose incómodamente en el sofá. Tenía todo el cuerpo en tensión.
—¿Ha habido algún ataque? —preguntó Clint, que se mantuvo al lado de Steve.
—No me ha llegado ninguna información al respecto, pero... —dijo Natasha, frunciendo el ceño.
—Quizás no lo ha habido aún, pero hay amenaza de uno —opinó Bucky, que estaba sentado junto a Natasha.
—¿Puedes percibir algo, Wanda? —preguntó Scott.
Wanda negó con la cabeza, sin pronunciar palabra. Tenía el rostro contrariado por la frustración y la preocupación. Steve la compadeció, entendiendo su sentimiento de impotencia. Se acercó a ella y le masajeó suavemente el hombro en señal de apoyo, obteniendo la atención de su mirada.
—Sea lo que sea que Tony tiene que contarnos, debemos estar preparados.
Los demás solo pudieron responderle con un mudo asentimiento, en ese momento se abrieron las puertas dando paso a Rhodey y, para sorpresa de todos, Pepper. Eran obvias las marcas que la tensión estaban haciendo estragos en sus rostros. Pepper lucía seria, y para Steve la situación tenía que serlo si ella estaba allí en el complejo. Sin embargo, el mayor impacto fue el ademán agrio y preocupado del coronel. Después de tantos meses observando su expresión neutral, verle tan expresivo, tan decaído, era suficiente como para encender la luz roja en todos ellos. Fue imposible no hacer eco de sus emociones y pensar en el hombre que no estaba presente.
Pepper apretó la mano de Rhodey en un gesto amistoso y tranquilizador, haciendo que el coronel inspirara hondo y recobrara un poco la compostura, enviándole una sonrisa tenue. Steve captó por el rabillo del ojo como Sam se tensaba y apretaba los labios.
—Coronel, ¿dónde está Tony? —preguntó Natasha, sin andarse por las ramas.
A Natasha poco le importó la mirada acerada que Rhodey le envió. Se mantuvo firme, sabiendo que las cosas estaban mal.
—¿Pepper? —preguntó Clint—. ¿Qué está pasando? ¿Qué haces aquí?
Pepper enarcó una ceja ante lo que le pareció una pregunta impertinente, como si fuera una intrusa. Pero entendió que, sin Tony a su lado y mayor explicación sobre lo que suponía su estancia allí, debería parecerlo. La beta se tragó el suspiro que intentaba escapar de sus labios, maldiciendo a Tony por pedirle que se quedara. Sabía que lo había hecho por Rhodey, pero eso no le facilitaba las cosas.
Al sentir como la tensión aumentaba a ritmos alarmantes a causa de la cantidad de alfas preocupados que exudaban sus hormonas sin darse cuenta, volviendo el aire de la habitación irrespirable, deseó que hubiera algo que sirviera para contrarrestarlo. Pero la única opción era que un omega liberara sus propias hormonas, algo imposible porque el único en el equipo era Tony.
—Coronel, señorita Potts, ¿qué ha pasado?
A Steve poco le importó ser blanco de sus miradas. Solo quería respuestas y estaba cansado de acobardarse por las cicatrices de la guerra. Rhodey lo observaba como si deseara que el suelo a sus pies se abriera y lo tragara; Pepper solo lo miraba con una extraña expresión que Steve no pudo catalogar del todo, pero intuyó que lo observaba con algo muy parecido a la pena. Steve se sacudió ese pensamiento, dejándolo aparcado en su mente.
Una pantalla holográfica se encendió antes de que nadie pudiera decir nada más, mostrando a Tony.
—Hola a todos, perdón por haceros llamar con tanta urgencia, pero me temo que esto no podía esperar.
ESTÁS LEYENDO
Only a dream
FanfictionLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...