Capítulo 58

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Thor pensó que le debía a Tony la mejor de las ambrosías asgardianas que el hombre pudiera probar cuando escuchó la voz de Viernes indicándole dónde podía encontrar a Loki.

Prácticamente corrió por los pasillos del Complejo hasta llegar al patio. A Thor le afectó reconocer que era el mismo lugar donde habían tenido su anterior encuentro. Se le alborotaron los latidos del corazón el doble y se negó a imaginar que eso no era una señal. Tenía que significar algo.

Loki estaba parado en medio del patio, lanzando bloques de hielo con la furia de diez mil titanes contra los bustos desperdigados por el césped. Se trataban de piezas esculpidas en hielo con la gracia y el detalle que solo podían tener las obras de Loki. Su magia era así, infinitamente bella; incluso cuando la usaba para destruir. Había de Steve, Odín, Gür, Sigrún, Freyja y, por supuesto, de él.

Lo escuchó maldecir por lo bajo mientras lanzaba hechizo tras hechizo, conjurando esferas heladas y proyectándolas a toda velocidad contra los objetivos.

Cuando un proyectil mágico destrozó por completo un busto con su imagen, haciendo que pedazos de hielo salieran disparados agresivamente en todas las direcciones, no pudo evitar estremecerse. Pero sabía que no era el momento de acobardarse. Haciendo acopio de valor, salió de su escondite para que Loki lo viera.

Un soplo de brisa se adelantó a sus intenciones, golpeándole la espalda suavemente y arrastrando su preocupado aroma hasta Loki. No necesitó ni un segundo para intentar hechizarle a él.

Thor fue lo suficientemente rápido como para esquivar el ataque, pero bien podría haber acabado un par de días convertido en un muñeco de nieve si hubiera llegado a darle.

—Aunque muchos pensarían que no estaría mal que me quedara quieto un tiempo, creo que no es el momento de descansar.

—Lárgate de aquí, Thor, o serán más de un par de días los que estará tu trasero congelado.

—No pienso irme —dijo Thor, serio—, y esquivaré todos los ataques necesarios para quedarme aquí, porque tenemos que hablar.

—Te lo dije antes, no tenemos nada de que hablar —proclamó Loki, lanzando un hechizo al suelo que estuvo a punto de congelarle los pies a Thor.

Thor dio un rápido salto y se subió al muro para esquivarlo.

—Tenemos que hablar de todo.

—¿Quieres ponerte a hablar del clima? —preguntó Loki con sorna, congelando la pared y haciendo que Thor saltara y rodara por el suelo al caer. Loki chasqueó la lengua al verle erguirse con el impulso de sus piernas, sin lucir cansado en lo más mínimo.

—Lo que sea con tal de hablar contigo —dijo Thor, alzando las manos en señal de paz.

Pero su respuesta solo logró enfadar a Loki. No soportaba cuando ponía esa expresión de niño bueno pidiendo cariño porque le alteraba su imperturbable corazón y lo confundía. Le recordaba los sentimientos que le había despertado Thor antes de descubrir todo lo que estaba planeado para él en el futuro, antes de saber que solo sería un juguete de Thor encontrado para cumplir los propósitos de Odín.

Motivado por la furia, lanzó un hechizo de hielo tan potente que Thor salió despedido hacia atrás, chocando con el muro que delimitaba el Complejo.

— ¡DEFIÉNDETE! —gritó Loki, molesto de solo ver a Thor brincando de un lado para otro, sin atreverse a utilizar el Mjolnir o simplemente sus puños—. ¡ATÁCAME!

—¡NO! —gritó Thor, rompiendo la presa de hielo que se había comenzado a formar en torno a sus pies para alejarse de la pared.

—¿Piensas que no soy suficientemente fuerte para que el gran Thor Odinson, el alfa entre los alfas, me plante cara? —preguntó furioso, lanzando un hechizo que pasó peligrosamente cerca del costado de Thor.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora