Visión comenzó a recoger los archivos con el poder de su mente, reorganizando rápidamente cada papel en su carpeta de origen para luego colocarlas cuidadosamente en las estanterías del despacho en el que se encontraban, en lugar de la extraña torre de Pisa que Tony había construido sobre su escritorio horas antes. Aunque Tony, en su defensa, pensó que apenas había tenido tiempo de sacarlos de las cajas antes de hacer acopio de todo su valor y todas sus dotes de actuación y contactar con el complejo. Casi escuchó a Pepper en su mente, recriminándole que el orden jamás había sido una virtud suya. Que para eso la había contratado.
Tony silbó, observando a Visión trabajar a toda velocidad. A veces se le olvidaban las pequeñas delicias que podían hacer con sus poderes.
En medio de aquella habitación tan brillante, llena de tonos blancos y de madera clara, Visión sobresalía sin dudarlo. Incluso en un día tan sombrío como aquel, en el que el sol parecía haber huído como un cobarde. Y el brillo tenue de sus poderes a su alrededor no es que le ayudara mucho. Pero en ese lugar, el que habían elegido como su refugio por el momento, todo eso daba igual. Estaban totalmente aislados, sin ojos curiosos que obligaran a Visión a ocultarse o a disfrazarse. Lo que tenía estar en una pequeña isla artificial de la que era dueño.
Descubrirse en aquel lugar, después de haber llegado con uno de sus trajes a toda velocidad, le había supuesto un shock lo suficientemente fuerte como para marearle. Al pasar las manos por las paredes frías, le inundó una sensación de nostalgia que le dejó totalmente fuera de lugar. Que aquella fuera una de sus propiedades no explicaba por qué tenía esa sensación de añoranza tan fuerte, tan dolorosa. Él no tendía a vincularse con los edificios. No los humanizaba de tal manera para que su cuerpo reaccionara así. El único lugar que le provocaba semejantes emociones era su torre, su bebé. Había vivido tantas cosas allí...
Aunque en voz alta le echó la culpa a las hormonas y a la inestabilidad del embarazo, tanto Visión como él sabían que poco tenía que ver con eso. Aún así, Visión lo ayudó a llegar a su habitación, llevándolo en brazos, permitiéndole descansar en la blanca cama. Y solo fue peor. Porque entonces comprendió que el escenario de su sueño no provenía de ninguna película o algún catálogo de decoración que Pepper le hubiera enseñado. Su mente había recreado esa habitación porque él había estado allí, porque era suya.
Cuando Visión le hizo tomarse una infusión de melisa, intentando tranquilizarle, él se la tomó sin ser plenamente consciente de ello. Su mente estaba sumida en los recuerdos. En el aroma dulce y profundo de la madera y el mar, el lejano sonido de las olas rompiendo suavemente contra la arena inundando cada esquina de la casa, la sensación de la tela bajo su piel... Tony se sintió morir al pasear la mano por ella y notarla tan fría, ajena al calor que recordaba. El cuerpo de Steve no había calentado esas sábanas. Nunca lo había hecho, realmente, en el sinsentido que era todo aquello. Como un eco de sus pensamientos, el cielo fuera se mostró oscuro y sombrío, completamente diferente a la claridad soleada de aquella vez. Parecía que en cualquier momento se desataría una tormenta, pensó al contemplar el cielo a través de las paredes de cristal de la habitación.
Un trueno estalló en la distancia, sobresaltando a Tony y obligándole a deshacerse de sus divagaciones. Fijó la mirada en Visión, desconcertado. El androide había seguido limpiamente su trabajo, respetando completamente su silencio. Tony no sabía si Visión era consciente de en qué había estado pensando, pero deseaba con todas sus fuerzas que no lo supiera. No era que cuestiones como el sexo o la lujuria le avergonzaran, pero para él Visión en muchos aspectos era un bebé que apenas terminaba de comprender la complejidad de los sentimientos. Y la dolorosa profundidad de su deseo por Steve, impregnando de manera ponzoñosa sus recuerdos, podían ser tan complicados que solo podrían preocuparle y angustiarle al no saber qué hacer por él.
Al final, todos los ficheros quedaron alfabéticamente ordenados en la estantería, salvo el de Stephen Strange que aún permanecía en sus manos.
Miró de reojo la tormenta, sorprendiéndose de lo cruda que se había vuelto de repente. Había vivido tormentas tropicales, sabía lo rápidas, imprevistas y furiosas que podían ser; pero aquel cambio tan radical era, cuanto mínimo, preocupante. Se había mantenido todo el día un clima oscuro y siniestro, pero desde que había finalizado la videollamada los truenos habían comenzado a tronar con furia y los rayos relampagueaban desde el cielo hasta el mar con lo que solo podía describirse como un odio visceral.
Tony observó rápidamente la casa de madera y cristal en la que estaban. Podía parecer endeble, pero la madera era meramente decorativa, buscando que la casa se camuflara con el brillante entorno; por dentro, los muros eran fuertes y estables, con cimientos bien arraigados. Y los cristales eran de la misma tecnología que los que protegían la torre. Haría falta un tanque entero para romperlos. Pero aún así, al ver los relámpagos resonar en una distancia que parecía acortarse cada vez más, no pudo evitar preguntarse si realmente resistiría.
El omega se sacudió los malos pensamientos, sabiendo que, en caso de verdadero peligro, tenían el pequeño taller que estaba a modo de sótano en la casa, porque no había residencia que Tony Stark no comprara a la que no se le adaptara aunque fuera un taller de vacaciones.
—¿Te he dicho ya que te quiero, Vis? —preguntó, obligándose a sí mismo a sonreír y a olvidar la extraña tensión que le erizaba la piel de la nuca de una manera completamente desagradable.
Visión parpadeó, sin entender del todo la declaración amistosa y bromista del omega. En momentos así Tony pensaba que Visión tenía un ligero parecido con Baymax; parpadeaba cuando le costaba mucho asimilar algo, sin cambiar el resto de su expresión facial. El androide abrió la boca, a punto de decir algo, cuando de repente se puso completamente tenso y rodeó a Tony con uno de sus brazos, alterando la densidad de ambos.
Antes de que Tony pudiera ordenarle a Viernes que le indicara qué estaba pasando y que ejecutara los comandos pertinentes, la habitación se llenó de una densa bruma verde.
—¡Eres el mortal más idiota que he conocido, estúpido midgardiano!
Y, antes de que la bruma desapareciera, mostrando su rostro, o que pudiera analizar su olor, Tony supo muy bien de quién se trataba. Sería imposible olvidarse de la voz del omega que había hecho pedazos a su bebé.
—Loki...
Lunes, 22 de enero de 2018
¡Hola a todos, lindas flores!
Quería deciros que tengo un par de sorpresas preparadas para ustedes, las cuales verán la luz el miércoles. Creo que os gustarán, o al menos esa es mi sospecha jajajajajaja. Las voy a comunicar a través de mis redes sociales, que son Twitter, Facebook e Instagram, ¡así que no os despistéis!
¡Nos leemos pronto!
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Only a dream
FanfictionLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...