Capítulo 20

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—¿Freyja? —preguntó Tony, frunciendo el ceño.

Rebuscó en su cabeza, pensando en alguna conexión que vinculara ese nombre con el de un posible enemigo. Sin embargo, su mente se encontró con un muro lleno de datos insustanciales. Sobre todo obras de arte de Nils Blommér, aunque apenas las captaba de refilón puesto que ese tipo de arte jamás había sido de su interés. Sin embargo, al pensar en él, pensó en la razón por la que ese nombre estaba tan vinculado al suyo.

—Espera, ¿es de los tuyos o de los míos?

La sonrisa de Loki fue lo suficientemente elocuente como para que Tony supiera la respuesta. Se pasó las uñas por el cuello y el cuero cabelludo, contrariado.

—¿A qué se refiere con eso? —preguntó Visión.

Pensar en Blommér le llevaba a rememorar aquel invierno que pasó estudiando en Suecia siendo apenas un adolescente, en la exposición a la que asistió en el museo nacional. Y si había una Freyja que él mostrara al mundo, esa era la diosa de la mitología nórdica.

—A si es alguien de la Tierra o de su mundo. Por supuesto tenía que ser otro dios.

—Entonces, ¿se refiere a las deidades de la mitología nórdica? Como es el caso de Thor y el suyo.

Como siempre que lo metían en el mismo saco que a su hermano, a Loki se le amargó el semblante. Tony asintió con una sonrisa creciente en la cara, anotándole un punto al inocente de Visión.

—Al hablar de Freyja, ¿se refiere a la diosa del amor?

Loki resopló e hizo un esfuerzo por no rodar los ojos. La cantidad de veces que había escuchado ese título al estar en Midgard... Y jamás había sentido que se adecuara del todo, al menos, no de la manera que la gente había terminado de pensarlo para ella.

—Es conocida como la diosa del amor, la belleza y la felicidad; pero también por ser la diosa de la guerra, la muerte y la magia.

—Bonita combinación —comentó Tony, enarcando una ceja.

—Te sorprendería hasta que punto tiene sentido; al menos, ella hace que lo tenga...

—Bien, ¿y qué pinta ella en todo esto? Porque creo que me acordaría si me hubiera encontrado con alguien así, más si me la hubiera ganado de enemiga.

—Ella no es... —comenzó a decir, resoplando con cansancio. Parecía que el simple hecho de explicarles algo le era aburrido y agotador—. Para que todo tenga sentido tengo que explicar algo antes. ¿Conocéis los orígenes de la clase prime?

—¿Vas a decirme que no se trata de un proceso evolutivo y me vas a largar alguna estrafalaria teoría en plan "Dios creó el mundo en siete días"?

—No estás tan desencaminado como crees —respondió Loki con una sonrisa burlona, haciendo que la ceja de Tony se alzara un poco más—. Todo empezó con dos personas, Odín y Freyja. Odín, conocido como el padre de todo, estaba casado con Freyja, la diosa de amor. Odín deseaba que sus descendientes, su sangre, formaran el mayor ejército jamás visto. Guerreros poderosos, valientes, inteligentes y amantes de la euforia de la batalla. Encontró en los alfa, como él, a los seres clave para lograrlo. Freyja, en cambio, sabía mejor que nadie la tristeza, el horror y el poder que traía consigo la guerra. Ella conocía la muerte porque daba la vida. Así que ella sabía valorar el valor real que traía consigo el amor, su capacidad de reparar y erradicar la destrucción. Odín experimentó su deseo a partir del vientre de Freyja y, después de ver la fuerza con la que nació su hijo, el primer alfa prime, decidió que tenía que hacer algo para nivelar la locura de Odín. Así que se separó de él y a partir de su propia sangre, solo la suya, creó a los omega prime. Los creo por ser los únicos seres capaces de traer paz, unidad y belleza a un futuro destinado a la muerte de la mano de Odín.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora