Para sorpresa de Tony, Loki no peleó. Ni siquiera le lanzó un comentario mordaz o refunfuñó por su petición. Se acercó a él sin apartar la vista del tenebroso cielo y lo abrazó de una forma que solo podía definirse como protectora. De alguna forma extraña, le recordó a los abrazos que le daba Jarvis de niño tras tener un pesadilla, deseando apartarle de todo miedo. Lo tenía tan cerca que el cabello mojado del dios le rozó la piel de la mejilla al deslizarse perezosamente del hueco tras la oreja. Antes de poder hacer ningún comentario, se teletransportaron.
A diferencia de otros viajes que había hecho con Loki, la sensación de tirantez y de ingravidez fue mayor. Sentía que su cuerpo se movía en zigzag por un camino lleno de obstáculos y se preguntó si Thor le había engañado acerca de sus viajes entre dimensiones o si era Loki el que estaba tomando un atajo que solo él conocía. Sentía que estaban dando tumbos en la nada y la presión era demasiado fuerte como para poder siquiera abrir los ojos, pese a que deseaba hacerlo al percibir los cambios de luz tras los párpados. El instinto de supervivencia luchaba contra la curiosidad que moraba en él.
Aún así, estaba seguro de que apenas notaba el efecto real del viaje gracias al agarre protector de Loki.
Cuando sus pies finalmente tocaron suelo, sintiéndose firme y llano bajo sus pies, abrió los ojos. No vio nada hasta que la densa bruma verde a su alrededor, producto de la magia de Loki, se dispersó.
Loki permanecía tenso a su lado, y eso le dio a Tony la dosis de realidad suficiente para no olvidar qué hacía allí. Aunque era difícil no maravillarse hasta rayar el asombro y quedarse mudo. Estaban en la entrada de una radiante sala circular, llena de grandes ventanales que iban del suelo al techo, con parteluces y bisagras de oro y manivelas de plata con filigranas. En el techo, una enorme escena labrada en plata con cientos de dragones en relieve, tan realistas que parecían estar volando sobre sus cabezas. El suelo estaba compuesto por diversas piezas de lo que parecía haber sido una enorme obsidiana, perfectamente pulidas y unidas. Y, en el centro de todo, un recto trono de plata cubierto de pieles blancas como la nieve. Una sala del trono en cuyo centro estaba una mujer de ojos azules y melena rubia que los observaba sin pestañear.
Tony no tenía poderes mágicos, pero no necesitaba tenerlos para saber que aquella mujer despedía un aura poderosa y peligrosa. Se mantuvo erguido, con el mentón bien alto, negándose a dejarse amedrentar. Antes le salían alas que bajar la cabeza ante nadie. Y entonces, ella sonrió. Las arrugas de su rostro, provocadas por la furia, se relajaron, mostrando únicamente las arrugas de la risa junto a sus ojos. Su mirada azul dejó de ser fría como el hielo y se mostró dulce, al igual que la sonrisa que bailaba en sus labios.
Se levantó del trono, tan alta como ella era, con su brillante túnica blanca ondeando con sus movimientos. La fíbula de plata con filigranas de oro que sujetaba su túnica sobre su hombro brilló al chocar con la luz, como lo hicieron las preciosas llaves que colgaban de su cuello. Su cabello, medio recogido por una complicada trenza, caía sobre su espalda en esponjosos rizos. Recordó de pronto que la mujer frente a él había traído al mundo a Thor. Después de verla, era imposible pensar lo contrario.
—Mis preciosos niños —susurró Freyja, acercándose a ellos a grandes pasos y dándoles un enorme abrazo.
Debido a su metro noventa de altura, tan alta como su hijo, Tony acabó enterrando la nariz en el cuello de la diosa por la fuerza del abrazo. Olía a almendras y miel.
—Freyja —murmuró Tony, logrando que ella los soltara.
—Me hace tan feliz que digas mi nombre. Realmente le has hablado de mí, ¿verdad, Loki?
Por primera vez en su vida, Tony tuvo la oportunidad de ver a Loki abochornado. Era obvio para él que Loki no estaba acostumbrado a las muestras de afecto espontáneas, vinieran de donde viniesen. Al menos, no las que eran tan sinceras. Freyja le acarició la mejilla ante su mutismo.
ESTÁS LEYENDO
Only a dream
Fiksi PenggemarLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...