Loki ayudó a Tony a recostarse suavemente sobre sus almohadas y cojines y a tomar agua, aunque esa amabilidad no se transmitió a su rostro, que lucía rígido y molesto, con el ceño fruncido interrumpiendo la suavidad de su satinada piel.
A Tony le pareció curioso descubrir en ese momento que Loki se había acostumbrado tanto a su presencia que ya no parecía percatarse de cuándo bajaba las defensas frente a él. El dios de las travesuras, un tramposo nato, se olvidaba de interpretar la picaresca cuando estaba delante de él y los pensamientos lo envolvían por completo. Pese al malestar que aún sentía por despertarse desorientado para poder vomitar, con el semblante pálido y agrio por la ardiente y persistente sensación en su garganta, no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios al observarle.
—¿Qué ocurre? —preguntó Loki malhumorado.
—¿A mí? Nada.
—A mí no me cuentes cuentos, sé que algo te traes. Esa sonrisa tuya no es de fiar.
—Solo me acabo de dar cuenta de algo... —comentó con una pequeña sonrisa—. ¿Has visto ya a Thor? —preguntó rápidamente, contemplando cómo caía la bomba.
Su repentina pregunta fue suficiente para que Loki se sobresaltara. Apenas logró alterar su respiración, pero Tony no perdió detalle.
—¿Por qué iba a ver yo a ese zopenco con corona?
—No sé, quizás porque no paras de pensar en él.
—Yo no estoy pensando en el inútil de Thor.
—Tus pensamientos suenan tan fuertes que puedo oírlos, y eso que no tengo el don de Wanda.
—Deja de decir estupideces si no quieres que te congele el trasero.
Tony apenas logró aguantar las ganas de resoplar y no era muy propio de él resistir esos impulsos. Sabía que Loki era capaz de cumplir sus amenazas, pero lo había atosigado con lo mismo tantas veces que había perdido la efectividad. Y después de saber lo que había hecho congelando a Steve, el miedo a morir congelado por él había perdido mucho poder.
—¿Estás molesto porque no ha venido a buscarte?
—¿Vas a seguir con eso? —preguntó Loki, tratando de darle largas, aunque la intensidad de la mirada de Tony le dio a entender que no iba a dejar el tema correr—. ¿Quién querría eso? —respondió a su pregunta de forma ambigua.
—Solo alguien tan caprichoso como tú.
—No quiero oír eso de ti.
Tony entrecerró los ojos. Le impresionaba hasta qué punto se vio en ese momento reflejado en Loki. La conflictiva y confusa mirada que tenía el dios en ese momento Tony la había visto muchas veces reflejada en su espejo. El deseo de echar a correr al sentirse desprotegido, sabiendo que bastaría una sola palabra para alzarlo al cielo o arrastrarlo al infierno. Con la autoestima tan destrozada que no sabía en qué creer ni quien era la persona que veía sonriendo en las fotos, aunque se pareciera a él. Porque ya no se sentía el mismo, se sentía perdido. Y daba auténtico terror confiar de nuevo en alguien, aunque su corazón moribundo quisiera seguir corriendo en pos de quien quería. La batalla de los sentimientos y la razón, de la esperanza y la miseria.
—Porque lo digo yo es que sé que tengo razón. Quieres verlo, pero no quieres ir por él porque hay algo en tu interior que te aterra. Quieres que te busque, pero ese mismo miedo hace que no le dejes acercarse.
—Esta es una conversación absurda —dijo Loki, pero ni siquiera él pudo ocultar el nerviosismo de su voz. Las hormonas omega que Tony había liberado sin darse cuenta habían logrado derribar algunas de las barreras de Loki.
ESTÁS LEYENDO
Only a dream
FanfictionLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...