Capítulo 21

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Las nubes desaparecieron en el horizonte con rapidez, dejando tras de sí un cielo brillante y azul celeste. El viento las arrastró consigo, desapareciendo con ellas.

La isla se quedó en un estado de calma que a Tony le resultó desconcertante; como si se hubiera sumido en una burbuja temporal, con el tiempo detenido. Sabía que esa reflexión era solo una respuesta ante el contraste tan claro entre la furia de minutos antes con la quietud del momento, pero no dejaba de darle esa extraña sensación.

Observó con cuidado el entorno, viendo que todo estaba igual a como había estado antes de que la tormenta se desatara. Después de tantos años viajando a islas del trópico, Tony sabía bien que por muy temperamentales que pudieran ser las tormentas, aquello había sido totalmente diferente. No necesitó más pruebas para saber que Loki decía la verdad y que aquel había sido el comportamiento iracundo de una diosa. Una a la que después de darle lo que quería, se había ido con viento fresco. Había sido una pataleta, como las que bien le gustaba montar al dios que tenía a sus espaldas, aun en el interior de la casa.

De forma lejana recordó todos aquellos días de tormenta, totalmente inexplicables al principio, en los que el clima nuboso parecía estar de acuerdo con su estado de ánimo y su tensa relación con Rogers. Quizás era Freyja quien estaba en sintonía con él en realidad.

¿Durante cuánto tiempo te has mantenido a la expectativa, Freyja?, se preguntó Tony, invadido por todos esos recuerdos. Durante cuánto tiempo había ido desarrollando su furia, a la espera de sucediera algo. Si había alcanzado cotas tan altas como para que Loki interviniera... Lo que le llevaba de vuelta a otra cuestión, ¿por qué lo había hecho?

Con esa pregunta en mente, dio media vuelta y se internó de nuevo en la casa.

—¿Se encuentra bien? —preguntó Visión, acercándose a él.

—Perfectamente —dijo Tony con una sonrisa, palmeándole suavemente el hombro—. Que conste que todo lo que has contado no explica por qué has hecho todo esto.

—¿Darte cuenta del desastre que iba a causar tu insensatez no es suficiente? Y no creas que has ganado puntos por convencerla.

—No, y no intentes engañarme con tu cara de niño bueno que no ha roto un plato. Tú no proteges a nadie si no tiene un interés para ti, ambos lo sabemos perfectamente. Y menos este planeta, que ya trataste de destruirlo una vez.

—¿No crees que las personas pueden cambiar? ¿Actuar desinteresadamente?

—¿Tú? Una persona solo cambia si desea hacerlo. Y tú eres feliz siendo un divo mentiroso.

Las palabras de Tony fueron ácidas, logrando que Loki le lanzara una mirada furibunda, pero no le importó. Llegados a ese punto, y con una persona tan preciada a la que proteger, Tony no podía permitirse confiar en alguien por la mera necesidad de ayuda, corriendo el peligro de que en cualquier momento le apuñalara por la espalda. En su interior, el estado de alerta se entremezclaba con un curioso deseo de saber qué había llevado a Loki a actuar de aquel modo, provocándole una sensación agridulce.

—Señor Stark, una videollamada entrante de parte del rey de Wakanda —irrumpió la robótica voz de Viernes.

Tony entrecerró los ojos, lanzándole una mirada de advertencia a Loki.

—Que conste que esta conversación no ha terminado.

Loki se encogió de hombros, recobrando su sonrisa burlona.

—Por mucho que insistas, no vas a obtener más de lo que yo desee darte.

—¡Oh, sospecho que las cosas pueden ser diferentes de lo que crees! Te sorprendería lo que puedo conseguir con mis increíbles facultades—dijo Tony con ademán burlón, sentándose en la silla del escritorio.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora