Capítulo 66

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Las explosiones se detuvieron, pero la algarabía del exterior creció, colándose entre la piedra y la arena. Loki se levantó en cuanto estuvo seguro de que nada les iba a caer encima ni tendrían una visita indeseada. Caminó hasta la puerta para examinar el hechizo con ojo crítico. Loki chasqueó la lengua, irritado.

—¿Sabes cómo franquearlo? —preguntó Tony, separándose ligeramente de Jessica.

—Es una barrera poderosa que pertenecía a Odín. Nuestro lado es duro como el diamante, mientras que el otro está cargado de energía lo suficientemente fuerte como para filetear al insensato al que se le ocurra acercarse... —Loki estudió los grabados que flotaban en el aire, manteniendo el hechizo activo—. De todas las cosas tenían que robar esto.

—Supongo que eso significa que no.

—No, puedo desactivarlo.

—Si estás dudando es porque no puedes y no es cuestión de que termines inconsciente tú también por cargarte esa puerta.

—¿Y qué prefieres que hagamos? ¿Quedarnos aquí esperando?

—Sabes tan bien como yo que ese no es mi estilo. Anda, ayúdame —pidió Tony, haciendo un gesto hacia Jessica.

Tragándose con esfuerzo cualquier comentario, Loki volvió hacia ellos y tomó a Jessica en brazos. Tony se levantó y pulsó el reactor ARC en su pecho, haciendo que el traje cubriera todo su cuerpo.

—Ahora dime, ¿cómo funciona exactamente ese hechizo? ¿Bloquea solo la puerta?

—Está por toda la pared.

Entonces Loki comprendió lo que Tony estaba imaginando y rápidamente se dio la vuelta, observando la pared que tenían a sus espaldas.

—Entonces, a esa.

Viernes no le ayudaba a operar el traje a esa distancia de la Tierra, así que Tony tuvo que apañárselas en manual. Accionó uno de los pequeños misiles que estaba armado en su brazo derecho y disparó. Se desató una humareda a su alrededor y la habitación se llenó del sonido hueco de los viejos muros desmigajándose. El proyectil no solo había reventado la pared de la habitación que los mantenía encerrados, sino otras tres más. De la tercera apenas había quedado nada y las alfombras que cubrían el suelo ardían.

—Te has extralimitado un poco, ¿no crees? —dijo Loki cuyos ojos relucían como rubíes ante el rápido hechizo protector que había proyectado frente a ellos como una pantalla para evitar que fueran alcanzados. Sus sienes estaban perladas de sudor.

—No podía saber que tan gruesa eran las paredes y tenemos que salir de aquí ya.

Ahora que no estaban aislados en aquella habitación, la algarabía era aún más notable. A Loki, con su experiencia en batallas como aquellas, se le erizó la piel al escuchar el sonido de las hachas y la espadas. Las cosas se habían puesto feas rápidamente.

—Bien, salgamos de aquí —concordó Loki, acomodando a Jessica entre sus brazos para salir de allí corriendo.



Escuchar una risa maníaca no era a lo que Steve estaba acostumbrado cada vez que entraba en combate. Después de lanzarle su escudo a una valquiria que intentaba partirle en dos con un hacha y hacerla retroceder tres metros de distancia, alzó la mirada para encontrarse con Deadpool riendo antes de lanzarse desde la segunda planta de un edificio en ruinas y clavarles sus espadas a dos valquirias que trataban de hacerlo caer con flechas.

Aunque después de verle detonar toda una montaña montado a hombros de Hulk nada más aparecer en aquel lugar, hasta eso le parecía normal. Era increíble pensar que había estado herido de muerte hacía apenas unas horas, pese a que él no era quién para hablar de heridas que se curaban increíblemente rápido.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora