El mismo día de aquel extraño entrenamiento en el exterior, Steve buscó a Clint con decisión de intercambiar un par de palabras con él. Tuvo que hacer mano de todo su autocontrol para esperar hasta después de la cena, cuando todo el mundo comenzó a desmigajarse en pequeños grupos, y así pillar a Clint a solas.
Cuando Clint se levantó de la mesa y se despidió de todos, Steve no tardó en seguirle. Sabía que el arquero conocía de su presencia tras él, pero no aminoró el paso en ningún momento. En su lugar, Clint estaba mordiéndose el labio para evitar reír al oler a la perfección el reconocible aroma del alfa a sus espaldas. Era imposible que el capitán exudara más preocupación por sus poros. Cuando Tony estaba implicado, Steve podía ser tan predecible...
Sus pasos los llevaron a la azotea. Clint se sentó en la baranda de piedra y esperó a que Steve se pusiera a su lado.
—Eliges un curioso lugar para reposar la cena —comentó Steve al pararse junto a él.
—¿Debería haber ido al gimnasio, quizás?
—No, eso podría cortarte la digestión.
—Bueno, a este viejo halcón le relajan las alturas. No hay nada mejor que el aire frío y las vistas para descansar.
Clint se rió entre dientes, al notar que Steve estaba tan tenso que no tardaría en quebrarse como la cuerda de un violín.
—¿Qué tal se encuentra Tony, Clint? -preguntó Steve, incapaz de andarse por las ramas—. ¿Realmente le pasó algo aquél día?
—¿Aquel día?
—Sí, el día en que perdí el conocimiento. Los chicos me dijeron que simplemente actuó como si no le importara lo que sucedió, pero después de hablar con Bucky... Él cree que algo pasó, y viendo cómo ha estado actuando Tony últimamente..., no puedo pensar en otra cosa.
Clint enarcó la ceja, interesado por el instinto de Barnes. Definitivamente era un alfa con los instintos de un sabueso.
—Tengo una ansiedad extraña que me indica que algo estuvo mal, y creo que todavía lo está. Llevo las últimas horas con ese extraño sentimiento acuchillándome por dentro y no lo entiendo.
Clint entrecerró los ojos, leyendo entre líneas ante lo que Steve denominaba como "extraño". Tenía el rostro cansado y entristecido, y Clint deseo con todas sus fuerzas poder decirle la verdad, contarle qué era lo que sufría Tony en silencio, que su instinto no fallaba. Pero no, él bien sabía lo que suponía para un omega sentirse expuesto, más cuando se ocultaba tan celosamente como Tony. Si él quería contarlo, tendría que ser con su propia voz. Se lo debía a Tony y se lo debía a su hijo Nath, que rezaba con todo su corazón que jamás tuviera que vivir tan en conflicto consigo mismo y su condición.
—Tony está bien, Steve. O en proceso de ello, al menos. Ha pasado por unas rachas un poco raras, y tiene tanto con lo que lidiar que no es fácil para él, pero está trabajando en ello. La última vez que hablé con él, me dio la impresión de que estaba volviendo a ser él mismo.
Steve lo observó, absorbiendo cada palabra como si recibir noticias de primera mano sobre Tony fuera agua y él fuera un pobre caminante extraviado en el desierto. Era doloroso ver la cansada felicidad que esas simples palabras podían causar en Steve.
Steve, aunque la sensación de inquietud seguía latente en él, indicándole que seguían existiendo problemas en algún punto alrededor de Tony que no podía terminar de definir, el saber que Tony seguía luchando, que seguía obligando a sus piernas a moverse cada día, era un alivio. Steve deseaba con todas sus fuerzas que aquel sueño fuera real, que realmente pudiera existir un futuro junto a Tony, pero en realidad se contentaba con que Tony volviera a recobrar aquella carismática y orgullosa sonrisa que lo había enamorado.
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Only a dream
FanfictionLa guerra destrozó al equipo, pero el planeta no entendía de eso. El mundo solo sabía que necesitaba a los Vengadores. Así que, tragándose el orgullo, ambos bandos decidieron reencontrarse. Loki decidió que necesitaba al equipo unido para sobrevivi...