Capítulo 51

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Steve corrió con todas sus fuerzas, obligándose a hacer a un lado la voz en su cabeza que le indicaba que aquello que había visto solo podía tratarse de una alucinación creada por el estrés y la tristeza.

Mientras hablaba con Thor, la imagen de Tony había aparecido frente a sus ojos, apenas a unos metros de ellos. Había sido confuso mirarlo, porque era como si estuviera allí, pero a la vez no. Sin embargo, su voz sí le había alcanzado con claridad. Ese clamor tiró por entero de todo su cuerpo, como ahora sabía que solo podía sentir cuando su omega lo llamaba.

Tiraba de él tan fuerte que le dolía el pecho y su corazón no podía evitar latir a toda velocidad.

Cuando estuvo a dos pasos de la puerta que daba acceso al ala de Tony desde el patio exterior de entrenamiento, ésta se abrió silenciosamente. Al traspasar el umbral, recordó aquel momento en que Clint, frente a todos, había logrado entrar en aquel lugar. Los conflictivos sentimientos que había sentido en aquel momento al ver que Tony había dejado a alguien acercarse, aunque no fuera él. La puerta se cerró a sus espaldas y él se detuvo por un segundo, procesando esa extraña sensación. Parecía que habían pasado años de aquello, cuando apenas habían sido semanas. Días complicados, tensos y llenos de preguntas que parecían haberse estirado en el tiempo para convertirse en una tortura eterna.

Pero al fin estaban allí, con Tony de vuelta al Complejo y la posibilidad de estar cerca de él. Steve rezaba porque no fuera la última oportunidad que tuviera. Alejó el doloroso pensamiento de que aquello fuera a tratarse de una despedida y caminó a paso rápido por los pasillos, buscando el rastro de Tony.

Apenas tardó unos minutos en encontrarse de frente con la puerta de Tony. Se abrió en un movimiento mecánico al sentir su presencia. Entró lentamente en la habitación, esperando encontrar a todo el equipo médico rodeando a Tony. Pero no, ni siquiera Bruce estaba allí, tampoco Visión. Solo estaba Tony, descansando a un lado de su enorme cama. Estaba cuidadosamente cubierto por la colcha de la cama y estaba más quieto de lo que jamás lo había visto Steve en su vida. Aún desde la distancia, pudo apreciar que estaba profundamente dormido.

Steve lo miró un momento sin saber qué hacer. ¿Finalmente sí había sido paranoia suya el hecho de que Tony lo había llamado? ¿Había sido una ilusión por su anhelo? Pero, de ser así, ¿cómo había logrado entrar?

—Steve... —lo llamó Tony, aún en sueños.

Y la sensación de que un fuerte hilo tiraba de él en dirección a Tony regresó. Avanzó hacia él con pasos rápidos y silenciosos, poniendo todo su esfuerzo en que su presencia no hiciera ruido. No pudo alejar el pensamiento de que si hacía el más mínimo ruido, haría que la burbuja que le permitía estar ahí se rompiera y el acabara de nuevo fuera, sin posibilidades de entrar al edificio.

Se sentó junto a Tony, al borde de la cama. Le resultaba chocante que Tony, la persona más inquieta que había conocido en su vida, fuera capaz de dormir tan inmóvil, manteniéndose totalmente recto y con las manos sobre su vientre. Las tenía apretadas en puños y Steve comprobó que no eran los únicos rastros de tensión en él. Tenía el entrecejo fruncido y podía ver cómo sus ojos de se movían agitados tras los párpados. Su respiración era pesada y mechones de cabello se pegaban a la piel ligeramente sudada de su frente.

—Steve... —lo llamó nuevamente, en un susurro.

Steve tomó las manos de Tony, apretándolas suavemente en un masaje que esperaba que fuera tranquilizador. Tenía la piel ligeramente afiebrada, y a Steve le recordó a aquellas noches en que, cuando aún era un enclenque muchacho de metro y medio, se enfermaba producto de su asma y sus pesadillas.

—Estoy aquí. Estoy aquí, Tony —susurró, esperando que el masaje de sus manos, junto a su voz, lograran alcanzarle.

Ante los ojos de Steve, pareció funcionar. La respiración de Tony se relajó y sos ojos dejaron de buscar desesperadamente algo en la bruma de los sueños. Inconscientemente, Tony le devolvió el agarre de sus manos a Steve.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora