Capítulo 65

3.3K 421 122
                                    

—Todo empezó cuando aún formaba parte de las unidades militares de Freyja. Llevábamos unos años de relativa calma después de todo el ruido que se formó cuando se separó definitivamente de Odín y que éste buscara consuelo en la hermana de Freyja: Frigga.

—Liarse con su antigua cuñada. Deberían compararlo con Zeus... —comentó Tony con desgana.

Loki le pellizcó en la espalda, sobresaltándole.

—¿Qué? No me he metido con Frigga, sino con él.

—Frigga es una mujer maravillosa —afirmó Sigrún, observando con diversión la escena.

—Lástima que su hermana no tiene el mismo carácter —apuntó Göll.

—En aquella época las cosas estaban realmente tensas. Los normas que regían todo lo relacionado con los Prime se seguían a rajatabla en un intento de que la situación entre Freyja y Odín siguiera siendo pacífica. Frigga trabajó mucho como moderadora en todo ese asunto.

»Las valquirias como yo solíamos ser una fuerza especial en las batallas, pero solo cuando Freyja y Odín permanecían juntos. Ella jamás ha sentido especial interés por la guerra y la conquista, es más de pensamientos defensivos y de ganar poder con otros métodos. Así que nuestro papel desde que Freyja construyó su propio palacio fue proteger los territorios y a los Omega Prime. Freyja no podía relacionarse directamente con ellos, pero en aquellos tiempos convulsos podía enviarnos a nosotras como protectoras en casos extremos.

—Creo que Freyja y yo no tenemos el mismo concepto de lo que es una situación extrema —dijo Tony, rememorando todas las ocasiones en las que había estado a punto de morir durante los últimos años.

—Ahora mismo las fuerzas valquirias de Freyja son pocas y no es como si ella misma pudiera ir a por ti, no directamente —dijo Freyja, lanzándole una mirada elocuente a Loki.

—Y aunque las tuviera, no tengo claro que las hubiera enviado —dijo Mist—, al menos no por ti.

—Mist...

—Explícate —pidió Tony.

—Ya la has visto —dijo Mist, encogiéndose de hombros—, tiene ese enfermizo deseo de ser vanagloriada y amada, que nadie se oponga a sus ordenes. Supongo que eso es algo que tiene en común con Odín, de una forma u otra. Y sus omegas son sus pequeños bebés, tan lindos, tan inocentes, tan impotentes... Así que si tú, en lugar de esperar como un omega bueno a que llegue tu predestinado y la haga una abuela feliz, te saltas todas las normas y decides cómo quieres vivir tu vida... Entonces te castigará.

—¿Viéndome morir?

—Nunca haría eso —dijo Sigrún. Una frase que debería ser conciliadora, sonó tenebrosa.

—No, a menos que la hagas enfadar mucho, no. Solo esperaría a que tu vida estuviera pendiendo del último hilo antes de enviar a sus fuerzas a rescatarte —explicó Mist.

—Con los años ha aprendido un par de trucos y uno de ellos es caerle en gracia a las Nornas, ¿sabes? Con ello, no le es difícil averiguar eso.

—Solo que tú lograbas salir con vida, con tus propios pies, de todos los problemas en los que te metías —dijo Sigrún con admiración. Había una tristeza profunda tras esas palabras, pero Tony no quiso ahondar en ella.

—Así que tenía que esperar a que encontraran a Rogers y la magia de Loki se fuera al traste para empezar a vivir mi vida. Muy bien, muy bonito.

—En aquellos tiempos existía un Omega Prime muy especial para Freyja: Helgi. Era tan especial por las mismas razones que Loki lo es, residía en Asgard. A la mano de Freyja, que podía mimarlo, consentirlo y criarlo según sus designios. Era apenas un bebé cuando lo sacó de su casa, cuyos padres eran unos orfebres maravillosos y humildes, para cuidarlo ella misma.

Only a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora