Capítulo 20

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Ella cogió aire, tratando de concentrarse en retener a esas dos personas en su cabeza.

-Está bien, Cat y Jota. ¿Que papel tienen en tu plan de desarticular la banda?

David contuvo el aliento unos instantes. Ni el mismo lo sabía.

-Tan sólo quiero ponerlos a salvo. Aunque ellos dos son los que me pasan información. Cat pasa alguna que otra noche con Maek, y cuando él le pregunta sobre mí, ella le dice exactamente lo que yo quiero que diga, y de vez en cuando, me trae información de cosas que ha visto.

-¿Y cómo te pasa información Jota?

David cogió aire y lo soltó poco a poco. Se quitó la chaqueta y la dejó colgada encima de una maquina de ejercicio.

-Va a sitios y se entera de cosas. En cierto modo, eso es lo que mando a hacer a todo el que trabaja para mi, pero solo confió en ellos dos.

Después de eso Verónica vio como se volvía a sacar una tercera foto del bolsillo, y se la tendió con manos seguras. La chica lo cogió y se esforzó por ver al chico que se veía de lejos, sentado en un bar. Era rubio de ojos marrones, tenía porte atlético y su semblante era serio, como si estuviese sumido en una conversación con alguien importante. Verónica sabía que en el momento en el que le echaron las fotos aquel chico no sabía que estaba siendo fotografiado.

-¿Quien es?

-Es Marco.

Verónica ya sabía todo lo que necesitaba saber de Marco. Era el otro subordinado de Maek e igual a David.

-¿He de confiar en él?

David desvió la mirada al suelo. Aún él mismo dudaba de si debía o no confiar en él.

-Si no están ni Cat ni Jota, puede que sí, pero no confíes al cien por cien en él, ni mucho menos creas las cosas que te diga. No es mala persona, pero aún no se si de verdad está en mi bando.

En cierto modo, David no le había dado opción a estar en otro bando que no fuese el suyo.

-Está bien.-contestó ella, dubitativa.

David prosiguió, contándole quienes eran las personas con las que tenía que tener cuidado al tiempo que le enseñaba fotos de Darren, de Alex, del señor Robert, de Maek y de Baref, de la señora la Rua, de Don Giovín, incluso se las apañó para tener fotografías de Relf y de la anciana con la que subieron las escaleras que daban a donde los esperaba Relf. En esos tiempos donde Internet lo abarcaba todo, no le resultó en absoluto difícil obtener fotos de todos ellos.

Verónica profirió una exclamación ahogada cuando vio la fotografía de la anciana. Era la misma que la había seguido hasta su instituto.

-Ella...¿quien es ella?

El rostro de David reflejó un poco de preocupación. Achinó un poco la mirada y respiró profundamente.

-No se su nombre real, pero se que en otro tiempo la llamé Ginebra.

La chica contuvo el aliento. Ginebra. Vaya.

-¿ Por qué es peligrosa?

David se acercó un poco mas a ella. Una idea que le pareció una locura le cruzó la mente a la velocidad del rayo.

-¿La conoces?

Ella asintió, lentamente.

-Me siguió a mi instituto a los días de conocernos tú y yo. Me dijo que corriese tan lejos como pudiese.

CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora