Capítulo 5

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 Cuando Verónica salió del baño se encontró con cuatro caras enfadadas. Volteó a sus dueñas e ignoró sus comentarios. Su mente no era capaz de centrarse en lo que esas desconocidas le decían. Tan sólo pensaba en David y en la manera en la que se las había apañado para salir por el hueco de la ventana. Y en sus ojos. Y en la forma en la que la miraba. Y en cómo sus ojos y su sonrisa habían recorrido su cuerpo. Su esencia. Su sola mirada podía congelar el mundo y al mismo tiempo hacerla arder. Sonrió sin poder evitarlo mientras revivía la intensidad del momento que habían compartido. Su primera vez con él. Vaya. Jamás se la habría imaginado así. Aunque al fin y al cabo era mejor que hacerlo en su cuarto justo al lado de sus padres. Había habido veces en las que David había tenido que taparle los labios con una mano, aprisionándola contra su cuerpo y besándola luego. Sintió como se mareaba y como le invadía el calor. Necesitaba un momento antes de entrar en el despacho de la directora. Cogió aire y se sentó fuera de la puerta unos instantes. Su primera vez con Derek no había sido así ni por asomo. David era un experto en comparación con él, y su forma de moverse...lo envolvía todo. Tragó un buen trago de aire, centrándose en lo que iba a hacer y recordándose a si misma que le había hablado mal a una profesora y que encima no había acudido a ver a la directora hasta una hora mas tarde. Tenía todas las papeletas para ganarse una buena amonestación. Eso solo caldearía aún más el ambiente volcánico de su casa con su querida madre. No pudo evitar reír para si misma ante sus pensamientos. Todo eso le daba exactamente igual. Todo. Tan solo le preocupaba el hecho de como conseguir un novio falso. Ella, la chica que creía en cuentos de hadas y que creía que se enamoraba de cualquier chico con facilidad. Que ilusa. No había descubierto lo intenso que era el amor hasta que David llegó a su vida. Jamás se había sentido así. Por muchas veces que hubiese creído estar enamorada a lo largo de su vida, ninguna se parecía ni por asomo a la intensidad del sentimiento que aquel chico provocaba en ella. Apretó la falda del uniforme con las manos, como cada vez que estaba nerviosa. David lograba alterar todo su ser y darle calma y seguridad al mismo tiempo. Pocas personas podían hacer eso.

Suspiró y se levantó con determinación. Puso una mano en el pomo de la puerta y llamó con la otra. Una sola vez. Había visto a la directora varias veces, y ninguna de ellas le había gustado lo más mínimo. Se la veía una mujer seria, con el cabello blanco siempre recogido en un moño y una gafas de pasta. Era una mujer imponente, pero imponente para mal. No era alguien a quien quisieras imitar. Era alguien a quien querrías mantener lejos. Aún recordaba la expresión de sus ojos cuando sus padres la llevaron casi a rastras a aquel colegio. Verónica le había dedicado entonces la sonrisa mas falsa de toda su vida.

-Seguro que haces amigas pronto.

Ella sonrió.

-Claro que si.

Con aquellos pensamientos escuchó su voz tras la puerta.

-Adelante.

Una voz frígida y rígida como su dueña. Paloma la había definido perfectamente hacía unos días, aunque en aquel momento a Verónica no le había parecido tan graciosa su forma de hacerlo como en ese instante. Parece una señora que tiene metido un palo en el culo, había dicho Paloma, y vaya, cuanta razón tenía.

Verónica entró en la estancia y la encontró sentada con la espalda sumamente recta. El despacho seguía con todo exactamente igual que hacía dos semanas, cuando fue a verla con sus padres para que la admitieran en aquel colegio de élite. Era como si fuese una maniática del orden. Hasta los tres bolígrafos de diferentes colores que tenía en la mesa estaban perfectamente alineados. Tenía libros y expedientes detrás de ella, pero pudo distinguir como donde estaba la novela de Cumbres borrascosas se encontraba ahora otra de Dulce Chacón. Una mujer a la que le gustaba la literatura amorosa y la histórica, no pegaba en absoluto con el tipo de mujer que Verónica se imaginaba que era la directora.

CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora