Capítulo 67

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Verónica se despertó con su hermano justo a su lado y dándole besitos en la cara para despertarla. La chica abrió los ojos y le sonrió.

-¡Pero vaya forma mas bonita de despertarme, enano!

Víctor sonrió y le tocó la cara con sus manitas.

-Pues ahora te quito todos los besos. Solo te los daba para despertarte pero ahora que ya estás despierta me los llevo otra vez conmigo.

Verónica no pudo evitar reír al tiempo que se dejaba caer sobre sus codos y lo miraba.

-¿Y donde piensas llevarte esos besos?

Víctor le sonrió con esos ojitos tan alegres que tenía. Sus mejillas volvían a estar coloradas de ese adorable color rojizo que a Verónica tanto le encantaba.

-Voy a dárselos a mamá que me hace natillas de postre.-le dijo sonriendo.

Verónica volvió a reír suavemente mientras lo veía salir de su propio cuarto. Ni tan siquiera le había preguntado que era lo que hacía en su cuarto ni el porqué había dormido con él aquella noche. La chica se levantó y miró el reloj del cuarto de su hermano. Antes lo tenía colgado en la habitación de su antigua casa, pero ahora estaba en el suelo como un juguete mas. Eran las once de la mañana y hasta ella misma se había extrañado de dormir tanto y tan a gusto, pero realmente lo necesitaba.

-Yo también se los daría a mamá si me hiciese mi postre favorito.-le dijo Verónica saliendo de su cuarto y sentándose en el sofá con él al tiempo que le daba un abrazo. El niño trató de alejarse cuando ella se pasó con el tiempo del abrazo, pero Verónica lo tenía agarrado con tanta necesidad que Víctor siguió con ella hasta que ella decidió separarse de él.

-¿Estás bien Vero?-dijo con su vocecita de seis años.

-Sí, claro que lo estoy.

Aunque él pareció no creérselo, tan solo le dijo lo siguiente al tiempo que daba un sorbo a su vaso de colacao.

-¿Te acuerdas lo que me dijiste tú hace unos meses cuando Lorenzo me molestó en clase?

Verónica sonrió, claro que lo recordaba, pero dejó que fuese él quien siguiese hablando mirándola desde varios centímetros mas bajo a pesar de que ambos estaban sentados.

-Me dijiste que si Lorenzo volvía a meterse conmigo le dijese que tú ibas a ir a partirle la cara. ¿Te acuerdas?-Verónica asintió y recordó como bromeó sobre eso para que su hermano no estuviese triste ni se sintiese solo. El niño siguió hablando contento de que se acordase.- Pues si alguien te hace daño yo iré a por él.

Verónica trató de no reírse para no herir los sentimientos de su hermano pequeño y a una parte de ella hasta le enamoró la idea de pensar que de ahí a unos años su hermano la cuidaría igual que ella lo cuidaba a él, pero la mera idea de imaginarse a un niño de seis años queriendo hacerle daño a un mafioso le pareció tan ridícula que a duras penas pudo contener la risa.

CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora