Capítulo 52

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Verónica mantuvo los ojos cerrados cuando lo escuchó decir aquella última frase. Incluso las mariposas que sentía en el estómago al oírle decir la frase anterior desaparecieron, como si un tigre se las hubiese comido de pronto. Acababa de decir que era adicto a ella. ¡Él! ¡David!

-¿Eres adicto a mi?

David sintió un escalofrío al tiempo que asentía. Debería de haber empleado otra palabra para decirle lo que sentía por ella. Aquella palabra no le era ajena. Adicto. Adicción. La imagen de Jorge volvió a su mente. Jorge había salvado su vida dos veces. Una por culpa de su jefe, Maek, y una de las mayores y mas brutales palizas que le había dado jamás. David tragó saliva con fuerza al pensar en la segunda vez y Verónica vio como un rictus de amargura invadía a David.

-Esa palabra tiene importancia para ti.

David asintió con la cabeza, serio y rudo de pronto. Había veces en las que Verónica era capaz de ver como su escudo tomaba forma en torno a él, como una especie de defensa de su propio ser que le ayudaba a protegerse del mundo. Aquella era una de esas ocasiones, y a diferencia de cuando le preguntó por Italia, Verónica pudo ver como este tema le dolía de tal manera que hasta ella misma se sintió herida.

La chica se preparaba para cambiar de tema con la primera frase que se le viniese a la cabeza cuando la voz de él la sorprendió.

-Fui adicto a las drogas antes de cumplir los catorce años.

Verónica contuvo el aliento. Había verdadero dolor en sus palabras. David tenía las dos cejas fruncidas y elevadas al mismo tiempo, haciéndole dos arrugas en la frente.

-Lo siento.-dijo ella.

Jamás había podido imaginar aquello de él. Verónica apretó los puños y cogió la tela de su vestido entre ellos. Se había puesto nerviosa sin poder remediarlo y sentía una fuerte angustia en el pecho.

-No es tu culpa.-respondió él tratando de hacerla ver que no le importaba, pero algo en la forma en la que apretaba los labios y tensaba la mandíbula le hizo apreciar que le importaba mas de lo que quería mostrar.

Un silencio incómodo se interpuso entre ambos. Probablemente el primer silencio incómodo que ambos habían compartido. De fondo seguía sonando una canción en la radio.

-Eso solo me demuestra que eres aún mas fuerte de lo que creía.

David cerró los ojos una fracción de segundos. Aquella frase le había llegado al corazón. La miró de reojo y la observó dirigiéndole la mirada mas dulce que le había lanzado hasta el momento. David curvó los labios en una sonrisa algo ofuscada. No entendía como podía hacer que se sintiese así.

-No fui yo el que salió de toda aquella mierda. Si no hubiese sido por Jorge aún sería un drogadicto.

Verónica se percató de que le costaba trabajo hablar, aunque seguía mostrándose tan intimidante como siempre, había una vibración en su voz que ella era capaz de percibir.

-En tu mundo es muy fácil caer en eso. Sólo eras un niño, y a pesar de eso, por mucho que te ayudase Jorge, fuiste tú quien decidiste coger la oportunidad que él te daba y cambiar.

David no recordaba aquello así. Recordaba pasar el mono atado a una cama, gritando con un calcetín limpio en la boca y una cuerda que lo sujetaba ahí para que no se moviese. Recordaba llorar desesperado porque necesitaba fumar o esnifar algo, porque el mundo dolía demasiado sintiéndose limpio y porque a pesar de toda la fama que había creado hasta aquel momento seguía sintiéndose sumamente débil e insignificante. Jorge lo había atado a la cama durante semanas, y no se separó de él hasta pasados tres meses de estar totalmente limpio. Lo acompañaba hasta al baño y lo controlaba en todo momento, hasta cuando estaba trabajando lo vigilaba por cámaras que había instalado en su casa. Jorge le juró que si decidía salir de aquella casa sin que él le hubiese dado permiso para hacerlo le daría una paliza incluso mayor que la que le había dado Maek hacía tiempo. Y el David de catorce años, sintiendo a Jorge tan imponente e intimidante, se asustó tanto que no se atrevió a salir hasta que Jorge consideró que estaba preparado para dejar las drogas definitivamente y salvarse de si mismo.

CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora