El jefe de policía entró con andares seguros en la sala de interrogatorios. Sabía a quien tenía entre esas cuatro paredes y eso tan sólo podía significar problemas. Debía de avisar a Maek cuanto antes si no quería que esos problemas se convirtiesen en algo verdaderamente peligroso. Cobra, ese chico al que sus hombres habían curado una herida, era alguien al que Maek le tenía aprecio. Al menos, el tipo de aprecio tóxico y egoísta que ese hombre era capaz de tener a las personas. Había personas que no eran capaces de amar, sólo de usar a otros seres humanos y de encariñarse con ellos como si fuesen algo inferior que en el momento en el que no le diesen lo que querían podían ser reducidos a la nada. Ese era el tipo de relación que David mantenía con Maek, aunque sabía que dentro de lo poco que ese hombre era capaz de dar, David podía sentirse afortunado.
David y ese hombre vestido con el uniforme de una de las fuerzas de seguridad del estado, en color azul marino y letras amarillas, intercambiaron una mirada. El jefe de policía de Neone se llamaba Hugo Díaz, y por lo que David sabía, era alguien que estaba al servicio de Maek.
Hugo lo perforó con sus ojos negros, y David fue capaz de distinguir como había miedo en ellos cuando se sentó delante de él.
-Volvemos a vernos muchacho. Te dije que en algún momento lograría encarcelarte.-le dijo guiñándole un ojo a espaldas de todos esos policías que miraban a través de la pared de detrás de él, en la sala de observación.
Al chico le hacía gracia como los policías se habían posicionado en el lado de su jefe, como si la sala de interrogatorios estuviese dividida en una línea invisible que los dividía en dos bandas.
A Hugo le brillaron los ojos en ese momento. David sabía que estaba haciendo un papel, y que tras comprobar su identidad llamaría a Maek rápidamente y le contaría que él estaba ahí además de que habían capturado a Relf y a sus hombres.
-Creo que hay mas posibilidades de que todos los que están aquí acaben muertos a que yo pase esta noche entre rejas.-le sonrió jactancioso y sin amilanarse, diciendo lo necesario para asustar a ese hombre.
A Hugo se le cambió la cara y David vio como palideció. Detrás de él, junto a Velasco, estaba Pedro, y David jamás había disfrutado tanto como cuando vio la cara que puso el hombre al escucharlo. Intercambiaron una mirada iracunda por parte de él y de seguridad por parte de David hasta que Hugo volvió a hablar. Tan sólo estaban ellos cuatro en el interior de aquella sala.
-Creo que deberías de dar clases de estadística muchacho.-le respondió Hugo, volviendo a guiñarle un ojo y pidiéndole encarecidamente que se callase.
Pedro no pudo evitar que su rostro se congestionase en una mueca de orgullo por lo que el jefe de policía acababa de decirle. Estaba totalmente ajeno a la mirada de súplica que Hugo le dirigía a David, quien seguía impasible.
-Deberías de irte.-le dijo entonces David a Pedro.- Aunque pienses lo contrario, no quiero que te maten.
Las mejillas del padre de Verónica enrojecieron de pura rabia y tuvo que apretar los puños para no lanzarse de nuevo al cuello del muchacho. Tan sólo el hecho de pensar que su hija hubiese podido besarse con lo que él consideraba un criminal le hervía la sangre. Por mucho que el chico se obstinase en repetir que quería a Verónica, Pedro no podía ni mucho menos quería creerlo. Aunque viese la sinceridad en los ojos de David cuando él hablaba de ella. No podía creerlo. No quería. No. No si se trataba de su única hija. Verónica tenía razón cuando le habló a su madre en el salón de su piso. Habían perdido a Ángela, no iban a perderla también a ella. Y mucho menos por un caso perdido como él creía que era David. La rabia de ser padre y querer proteger a los suyos sin lograrlo le hizo dirigirle una mirada de odio al chico, que aguanto aquel cruce con sus ojos grises totalmente inexpugnables.
El interrogatorio duró poco. David no hacía mas que mantenerse callado. Se sentía aún algo mareado de cuando el otro amigo de Jorge, Sanchez, le había curado la herida, pero por suerte era algo superficial.
Con otro guiño de ojos, tanto que David ya no sabía si el jefe de policía le tenía miedo y estaba recalcando que todo lo que le decía no iba en serio o si le guiñaba el ojo porque había desarrollado alguna extraña atracción por él, Hugo salió de la sala de interrogatorios y Pedro y Velasco lo siguieron. Antes de salir, el amigo de Jorge le dedicó un gesto con la mano con el que pretendía alentarlo a pensar que todo iba a ir bien. Ajeno a todo aquello, la mente de David aún estaba en si sus amigos habrían llegado ya a Francia o aún no.
Mil gracias por leer. En unos minutitos os subo uno más. Un abrazo!!!
IG: itssarahmey
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CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)
Roman pour AdolescentsHISTORIA COMPLETA. Segunda parte de la saga ciudades y de #ciudaddeniebla antes #porsufuego. #1 en novela juvenil: 22/07/18-31/10/19 #1 en peligro: 3/8/18 #1 en amor juvenil: 8/8/18 #1 en misterio 26/11/18 #3 en aventura 12/09/18 David ya está de...