CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)

Capítulo 26

-Así que...has creado rumores y Rose se ha encargado de contárselo a las personas adecuadas.

David asintió la cabeza.

-De hecho ya he hecho algo parecido antes con uno de los chicos que trabajan para mi. Su nombre es Erick, y le mandé asesinar a un hombre muy poderoso con el que había quedado supuestamente Baref en un lugar concreto. Yo sabía que aquel hombre siempre llegaba diez minutos antes. A todos lados. Y en diez minutos tenía un margen de tiempo lo suficientemente grande como para poder actuar, porque conozco a Baref, y se que él siempre llegaba puntual, pero nunca antes. Erick lo mató y yo lo controlé todo desde una balaustrada. En seguida yo mismo entré en ese edificio, y me aseguré de decir en voz alta que Maek le mandaba recuerdos. El hombre al que Erick mató era un pederasta que había realizado un trato con Baref para captar a menores. Había preferido a Baref antes de Maek. Estoy seguro de que al preguntar ya salió el nombre de Maek por alguna parte, pero Baref no tenía las pruebas suficientes para inculparlo de nada.- David sonrió como si le gustase rememorar lo que iba a decir a continuación.- Perdió mucho dinero.

A Verónica aún le costaba asimilar la frialdad y la crudeza con la que David hablaba de la muerte, pero...hablaba de un pederasta que quería captar a niñas y niños pequeños. Verónica se estremeció y pensó en su hermano.

-Pero sí que le disteis un motivo perfecto para que quiera vengarse.-continuó ella.- Cada mafioso creerá que es el otro quien ha empezado la guerra entre ambos. Maek creerá que es Baref por el supuesto mensaje y Baref pensará que es Maek por lo que acabas de contar y por los rumores de Rose.

David la miró orgulloso de que la chica fuese capaz de seguirlo. Luego dirigió la vista al cielo. Aún era de noche, pero parecía que iba a amanecer pronto.

-Me encantaría ver algún amanecer contigo, ojos azules.

Ella agarró su mano, sintiéndose muy unida a él. David siguió hablando, como si estuviese frustrado por la situación en la que se encontraban.

-Me encantaría hacer tantas cosas contigo. Cosas que hacen las parejas normales...

Verónica observó como David se pasaba una mano por el cabello al tiempo que sentía lo mismo que él. A ella también le gustaría que las cosas fuesen mas fáciles, que todo fuese bien y que pudiesen ser una pareja mas que paseaba tranquila por la calle, sin tener que ocultarse de nadie por miedo a que la vean.

Aunque jamás se lo había mencionado, Verónica sabía que David se ocultaba de otras personas cuando estaba con ella. Había zonas por las que evitaba pasar, y cada vez que pasaban por un grupo de personas, David ocultaba su rostro en la capucha de su chaqueta. La chica no había dicho nada al respecto, pero también sabía que David era consciente de que ella se daba cuenta de todo. Y ambos deseaban que fuese mas fácil. Mas sencillo. Pero tanto lo que sentían como los mundos por los que se movían eran demasiado poderosos y peligrosos como para que nada que los envolviese fuese sencillo.

-¿Qué haríamos si fuésemos una pareja normal?

Sus manos aún estaban entrelazadas, de una forma casi mágica, como si estuviesen hechas para estar juntas. El cielo estaba abierto y la luna aún brillaba en el horizonte. Pasaron por delante de un escaparate de ropa y David se le quedó mirando.

-Si fuésemos una pareja normal, te llevaría al cine, a cenar, a dar un paseo por la playa, veríamos series juntos, iríamos de compras y acabaría llevando todas tus bolsas, viajaríamos...

Verónica rió.

-No tengo dinero como para que aguantes mas de una bolsa. Lo que tengo en la hucha de mi horrible habitación son diecisiete euros.