Los frenos del vehículo chirriaron de lo fuerte que apretó el conductor el pedal del freno tratando de no impactar de lleno contra el chico. Las ruedas se clavaron en el asfalto y si alguien hubiese visto el accidente desde fuera habría visto como el conductor del vehículo casi chocaba su cabeza contra el volante del frenazo que metió al ver al chico. El cinturón de seguridad que llevaba evitó que se diese el golpe en la cabeza, pero el chico de la moto no tuvo tanta suerte.
El corazón de David se aceleró al tiempo que su móvil caía al suelo y él trataba de estabilizar la moto como pudo, sin mucho éxito ya que cayó de bruces en el suelo a cámara lenta.
Las pocas personas que caminaban por la calzada y lo vieron se quedaron expectantes y muy quietas sin saber como reaccionar. Un señor mayor se acercó a David lo más rápido que pudo, preocupado.
-Muchacho, ¿estás bien?-preguntó el hombre cuando se encontraba cerca.
David aún estaba en el suelo y el anciano se arrodilló lentamente hacia él. Todo lo que la edad le permitía.
-Muchacho...-volvió a llamarlo el hombre.
El choque fue suave, y por suerte la moto no se le cayó encima. David se incorporó de un salto y se miró a sí mismo. Salvo magulladuras en las manos por el asfalto estaba bien. Rápidamente levantó la moto del suelo y dedicó una mirada asesina al conductor, aunque por suerte para quien fuese el conductor, la cara moto tampoco había sufrido mayores desperfectos.
De lo que David no se dio cuenta fue de que había sido como si el otro conductor se hubiese saltado el cruce de aquella calle queriendo y solo pretendiese llamar la atención del chico. El coche había rozado la moto de David y había logrado desestabilizarlo, pero al igual que él lo controlaba todo hasta el último milímetro, el conductor del vehículo también lo hacía.
-Estoy bien señor. Gracias y no se preocupe.-le dijo David al anciano que aún estaba muy cerca de él y lo observaba.
El hombre mayor le dio una palmada en el hombro y se alejó murmurándole que tuviese cuidado y que llevase casco la próxima vez. El chico le dio la razón. El casco era algo fundamental para salvar vidas y él no lo llevaba en ese momento. Se había alejado tan rápido de la zona donde había quedado con Richard que se le había olvidado por completo. Maldición. Aquel pensamiento solo sirvió para que se enfadase mas. Por primera vez el chico reparó en el vehículo que lo había atropellado. Era un Citroën en negro. Tenía claro que su conductor iba a sentir lo que acababa de pasar mucho mas que él. Con detenimiento se acercó rápidamente al coche que comenzaba a dar marcha atrás, con intención de irse.
David paró en seco su rabia cuando vio a Jorge conduciendo dentro del vehículo y entendió que debía de seguirlo cuando el hombre le dirigió una mirada significativa y se metió en una calle. David tragó con fuerza y volvió a adquirir esa seguridad que le caracterizaba. Por un momento el pequeño golpe había sido capaz de asustarlo tanto que tenía un pellizco en la boca del estómago y aún sentía como todo su cuerpo reaccionaba. Camufló aquellos nervios como pudo y se agachó a coger el móvil del suelo, ya que era un objeto importante porque en él tenía el mensaje de Baref, y alguna llamada perdida que Rose le había hecho desde ese número. Recuperándose del susto siguió a Jorge cuidando que nadie lo viese, aún algo molesto y con el ceño fruncido.
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CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)
Teen FictionHISTORIA COMPLETA. Segunda parte de la saga ciudades y de #ciudaddeniebla antes #porsufuego. #1 en novela juvenil: 22/07/18-31/10/19 #1 en peligro: 3/8/18 #1 en amor juvenil: 8/8/18 #1 en misterio 26/11/18 #3 en aventura 12/09/18 David ya está de...