Capítulo 83

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-¡Es a vosotros imbéciles! ¡Todos fuera de aquí antes de que os maten!

Hugo volvió a gritar y David vio como se dirigía a sus propios hombres, que lo miraban sin creerse lo que estaban oyendo. El ambiente estaba tan cargado que David apretó los puños tratando de controlarse. La imagen de Verónica volvió a su cabeza. Ella siempre apretaba los puños cuando necesitaba tranquilizarse.

-¿Qué dices?

Fue el padre de Verónica, quien reaccionó antes que los demás exasperado.

-He dicho que todos fuera. Dejadme a solas con este hombre. ¡Ya!

Nadie se movió y David vio como la vena del cuello de Hugo comenzaba a hincharse de lo cabreado y nervioso que estaba. Maek parecía furioso, pero David sabía que estaba disfrutando de la situación. Pedro intercambió una mirada con David y lo vio tan tranquilo que le entraron ganas de pegar otro puñetazo al joven. Desconocía que eso era sólo lo que mostraba al mundo y que por desgracia no se sentía para nada de esa forma.

Otro disparo del exterior atravesó una de las ventanas de aquella sala y fue suficiente para que los hombres vestidos con el uniforme obedeciesen lo que Hugo había dicho. Entre dos compañeros cogieron a los heridos y los sacaron hacia fuera. David dejó caer la vista en Velasco, el cual seguía tocándose la pierna, dolorido. Sintiendo como la rabia lo invadía fue consciente de que Pedro fue el único que se quedó en aquel lugar y se interpuso entre David y Maek. Atónito porque no soportaría ver el dolor en los ojos de Verónica si a su padre le pasaba algo, el chico aguantó las ganas de gritarle que se fuese con los demás. Si lo hacía Maek comenzaría a sospechar y lo único que lograría sería que Pedro llamase aún más la atención de lo que ya lo había hecho.

-No voy a dejar que os llevéis al chico.-dijo Pedro tan imponentemente serio que David contuvo la respiración esperando la respuesta de Maek.

El peligro se palpaba en todos lados y el corazón de David aún seguía latiendo con tanta fuerza que se preguntó si en algún momento iba a darle un infarto. Elevando la cabeza vio como Maek hacía una señal, y uno de sus hombres golpeaba a Pedro sin que este se lo viese venir si quiera. Para pesar de David, el hombre lo cogió en peso después de dejarlo inconsciente. Maldición. Maek quería llevarse a Pedro y si Maek quería algo, lo obtenía siempre.

David trató de mantener el rostro sereno y de no mostrar ni el más mínimo atisbo de miedo cuando Hugo abrió su celda. El chico dirigió una mirada hacia Lolo a modo de despedida y salió para encontrarse con su jefe. El primer puñetazo no tardó en llegar.

David abrió los ojos todo lo que pudo. Para su sorpresa, el primer puñetazo no había sido para él, sino para Hugo. Maek lo había tumbado al suelo y tenía una mano levantada con el puño cerrado mientras lo miraba.

-Espero que sea la última vez que te atreves a meter a uno de los míos en la cárcel o no volverás a ver la luz del sol. Ni tú ni tu familia.

David se quedó paralizado porque sabía lo real que eran las palabras de Maek. Hugo, en el suelo, no se atrevía a levantarse y David contemplaba como la barriga del hombre subía y bajaba con tremenda rapidez, como si respirase demasiado rápido. El tipo de respiración que muestra alguien asustado.

El tipo de respiración que si él no tuviese el aguante que tenía estaría mostrándole al mundo, en lugar de una mirada fría y dura con la que respondió a Maek. Al verlo, el hombre de ojos verdes arrugó la frente y David vio como se le tensó la mandíbula. Por un instante, deseó salir corriendo de ese lugar.

-Vamos Cobra.-le apremió Maek a que saliese de esa celda.

David, con una seguridad apabullante, hizo lo que el hombre le pedía y elevó la cabeza cuando pasó al lado de Hugo, mostrando que él también mandaba en aquel lugar. Disfrutó de aquello, pero la sombra de la paliza y la tortura que sabía que se le venía encima, más el hecho de que se llevaban a Pedro con él, hizo que su mirada pareciese mas oscura de lo habitual.

Sin mirar a nadie y sin mostrar nada salvo que era capaz de comerse el mundo como había hecho su jefe hacía unos minutos, David siguió a Maek, quien le había dado la espalda. Por un momento, el chico se sintió reconfortado de que hubiese ido él en persona a por él, y mucho más de que hubiese llevado a sus hombres de confianza y que tuviese a francotiradores fuera. Una punzada por sentir que lo estaba traicionando le cruzó el corazón. Aquel hombre, a pesar de las palizas y dentro de todo lo malo que era capaz de hacer, había hecho creer a David que lo tenía en estima. Aunque eso no quitaba el hecho de que fuese un monstruo que solo mirase por su propio interés, David no podía quitarse la sensación de que lo estaba traicionando de su cuerpo. El chico tenía un concepto tan fuerte de la lealtad que una parte de él no podía sentirse mal al estar haciendo lo que estaba haciendo, sin embargo, sabía de sobras que estaba haciendo lo correcto y esa era la única forma de proteger a los suyos. En todos lugares había personas como Maek, como náufragos emocionales que se agarraban al primer barco que pillaban y lo manipulaban hasta que dejan de servirles de utilidad.

David camino hacia la puerta y se percató de que le faltaba el aire. Se recompuso como pudo y trago saliva. Se llevaban a Pedro con ellos, y eso no podía significar nada bueno.

Gracias por leer. Sigo subiendo.

Ig: itssarahmey

CIUDAD DE BARRO© |TERMINADA| (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora