Capítulo 43

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Las siguientes horas transcurrieron con tranquilidad. Verónica seguía con ganas de llorar, pero estaba de mejor humor que hacía unas horas. No había rencor con Rubén de ninguna forma. Ahora tan sólo le quedaba hablar con David. Eran ya las once y media y sus padres y su hermano ya estaban durmiendo. Sin embargo, Verónica tan sólo miraba hacia la puerta, esperando que David entrase en algún momento.

Odiaba aquello. Odiaba esperar sin saber si iba a aparecer o no. No supo en que momento se durmió, pero cuando alguien comenzó a besarla para despertarla, supo que era él. Ella sintió sus labios cálidos y tiernos recorriendo su rostro, hasta que por fin se quedaron en su boca. Al besar sus labios David olvidó centrarse en lo que iba a pasar la noche siguiente y en cómo ayudar a Alex. Lo olvidaba todo cuando estaba con ella. Había veces que se perdía tanto en esos pequeños ojos que olvidaba respirar durante unos segundos. De pronto Verónica, aún somnolienta, notó como el chico la colocaba en su pecho, donde empezó a escuchar el latir de su corazón. Verónica aún estaba despertándose, pero a pesar de eso fue consciente de como el latido del corazón de David la hacía sentir sumamente a salvo. Se quedó quieta escuchándolo unos instantes. Él era su hogar. Aquel latir era su hogar.

-¿Cómo te las apañas para que te eche tanto de menos?

-No lo se, pero yo a ti también, y se porqué te echo tanto en falta cuando no estoy contigo, ojos azules.

Su voz gutural invadió la habitación, totalmente en silencio. ¿Cómo demonios podía una voz resultar tan atrayente? Verónica abrió los ojos y lo miró. Desde aquella postura tenía una vista de su garganta que no había podido apreciar antes. Hasta el ángulo que poseía y la suave curva de su mentón eran sumamente atractivos.

-¿Serías tan amable de explicármelo?-le pregunto.

-Un trocito de mi corazón está en el tuyo. Lo suficientemente pequeño para que viva sin él, pero demasiado importante como para que vuelva a buscarlo.

Verónica se incorporó y lo besó. No era capaz de expresar con palabras lo que sentía al tenerlo cerca, pero al parecer, él hacía aún mas profundo ese sentimiento cada vez que hablaba.

Sus labios se rozaron mientras respiraban el uno del otro. El olor de él de nuevo invadió cada sentido de Verónica, haciendo que su propia piel necesitase de su tacto. El olor a melocotón del pelo de ella lo invadió a él, volviéndolo loco como sólo ella con su presencia sabía hacer.

-¿Cómo estás?

David la perforó con la mirada mientras levantaba una ceja.

-Tú no tienes nada de que preocuparte, ¿lo sabes verdad?

Ella negó con la cabeza y él se puso de lado en la cama, mirándola fijamente. Ella hizo lo propio y le sonrió.

-¿Por qué esa frase no es capaz de tranquilizarme?

David rió suavemente, y ella fue capaz de ver sus dientes blancos a pesar de que todo estaba en penumbra.

-Tal vez porque eres una de las personas que mas me conoce, Señorita Bairina.

Ella tocó su hombro con una mano, dibujando la línea que el músculo formaba en él. David había dejado su chaqueta de cuero negra en la esquina de la cama, y junto a ella, había una mochila negra.

-¿Vas a seguir siendo mi entrenador personal esta noche?

David le sonrió jactancioso. ¡Cuánto adoraba Verónica esa seguridad!

-Aún estás vestida.-apuntó él mirando hacia abajo.

Ella asintió de nuevo. Estaba esperándolo, y no quería volver a hacerlo en un pijama infantil.

-Esto es mejor que el pijama de ayer, ¿verdad?

La sonrisa seguía en los labios de él.

-Cualquier cosa es buena en ti. Desde tu carácter hasta tu cuerpo.-arrastró la última palabra, sensual aunque ni tan siquiera pretendía serlo.

Ella se levantó y encendió la linterna del móvil. Su padre le quitaba la tarjeta SIM del teléfono para que no pudiese llamar a nadie ni escaparse mientras él dormía, pero al menos aún podía usarlo de linterna.

-Hoy no hace falta que te cambies. Así vas bien.

David se incorporó de la cama, imitándola. Jamás se atrevería a decirle a ninguna mujer como debía de ir vestida, tan sólo hacía sugerencias. La chica se peinó el flequillo con la mano, de esa forma que a David tanto le gustaba y le dedicó una media sonrisa.

-Está bien. En ese caso ya estoy lista.-dijo mientras cogía un chaquetón oscuro que era impermeable.

En algún momento de su vida se acostumbraría a usar paraguas, pero no esa noche. 

¿Os gustó? En los próximos capítulos hay mas acción que en estos y son de mis favoritos. <3  La semana que viene os actualizo.

Para las que me preguntasteis, he decidido no poner un día fijo de actualización porque hice una encuesta en instagram y me hablaron muchas chicas diciéndome que era mejor subir contenido de mas calidad a subir algo por subir y ciertamente les doy la razón, así que por eso, porque prefiero subir cuando esté convencida de la historia y de que no voy a cambiar nada es por lo que no va a haber un día fijo de actualización. Eso sí, os seguiré publicando cada semana o casi todas las semanas, dependiendo del tiempo que tenga. Un abrazo y mil gracias por leerme. Sois geniales y recordad que sois vosotras quienes le dais vida a la historia. Que tengáis un buen domingo.

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