Capítulo 7.

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Anelisse.

Salimos del lugar y Axel sostenía mi cintura, Zachary iba justo detrás de nosotros cuando lo escuché.

—¿Ahora sales con este mequetrefe? —su tono sarcástico me molesto pero no contesté, al menos no yo.

—¿Por qué no te callas, Zachary?, deberías ser tú quien se vaya del lugar. Nosotros llegamos primero —dijo Axel y me dio risa que usara esa estúpida lógica de: yo estaba aquí primero.

—¿Por qué no te callas tú, Axel? —dijo en tono agresivo. Me separe de Axel y me di la vuelta para enfrentarlo.

—Enserio deberías callarte tú, Zachary. Me arruinaste la salida pero no voy a permitir que arruines toda mi noche —me cruze de brazos y seguí hablando —Y creo que deberíamos hablar sobre lo que paso ahí adentro...

—De eso me encargo yo —me interrumpió.

—¿A sí?, ¿y cómo lo harás?, ¿mintiendo? —lo confronte señalándolo —Deja de mentir porque yo sé que llegará un día en donde todo él mundo estará en contra tuyo por tus mentiras...

—Y tus secretos —al escuchar la voz de Axel me tense.

Maldición, ¿qué no puede cerrar la maldita boca?

—¿Qué dijiste? —Zachary dio un peligroso paso cerca de mí amigo y yo me interpuso entre ellos.

—Él no dijo nada... —dije riendome del nerviosismo.

—Dije que tus secretos te perseguirán junto con tus mentiras —sentí el pecho de Axel en mi espalda y eso solo me hizo saber que ambos estaban a punto de pelear.

—No te metas conmigo, ¿entendiste?

—Yo hago lo que sea por mantener estable a Anelisse así que si te metes con ella te metes conmigo. Así que sí, sí me meto contigo —que malo era peleando mi amigo.

—No entendí nada de lo que dijiste pero te daré la paliza de tú vida —cuando él puño de Zachary se levantó mi reacción fue detenerlo, pero era tanto mi miedo que me agache.

Escuché el golpe contra la cara de Axel y no pensé en lo que hacia cuando me puse de pie para defenderlo, y fue la peor decisión de mi noche.

—¡Ay no, Anelisse! —dijo Axel a lo lejos mientras yo cubria mi recién golpeado pómulo.

Unos brazos me sostuvieron cuando me tambale hacia atrás debido a la fuerza del golpe y supe de inmediato que era Zachary.

—Enserio perdóname, n-no fue mí intensión pegarte—él dolor en mi cara era intenso, tan intenso que lo sentía hasta en mí ojo en el tope de mi ceja.

Me pregunté si en realidad me había golpeado accidentalmente en él ojo o en él pómulo o en toda mi maldita cara porque dolía como él infierno, joder.

—E-estoy bien —dije sin abrir los ojos, pero sosteniéndome de mi hermano.

—¡Ahora sí me las pagarás! —no sé que estaba pasando a mí alrededor, solo escuché a Axel y dejé de sentir a Zachary cerca mío.

Mi cara dolía tanto que no me atreví a abrir los ojos porque, número uno, me había golpeado fuerte y número dos, estoy casi segura, que se están peleando.

—¡Ya basta! —grité a la nada.

Abrí mi ojo izquierdo —del lado que no estaba golpeado — y pude ver como ambos se mataban entre sí, tirados en el suelo.

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