Cuando abrí los ojos la luz me cegó. Unas manos frías me apretaban la cara y su voz no me dejaba descansar, no dejaba de gritar.
—¡Harry!, abre los malditos ojos ya —era una chica, muy ruda debo de agregar.
—Los tengo abiertos —contesté, a pesar de que sabia que obviamente no los tenía abiertos. Ella alejó su contacto de mi piel y sentí como su cuerpo se dejaba caer a un lado mío... ¿Estaba sentado?
Él silencio se extendió después de eso pero sabía que la mujer seguía estando a mí lado, sentía su presencia. De poco a poco abrí los ojos y comprendí que la luz venía del Sol del exterior... Un momento, ¿donde demonios estaba?
—¿Te sientes mejor? —preguntó una vocecilla a mí lado.
Anelisse tenía los ojos achinados por la luz del Sol y me miraba preocupada, miré hacia abajo y descubrí que ambos estabamos sentados en el suelo y alrededor la gente que pasaba caminando nos miraba extraño.
—Harry, ¿te sientes mejor? —volvió a preguntar Anelisse.
—¿Qué me paso? —pregunté y al hablar mi garganta ardió.
—Tuviste un ataque de pánico y te desmayaste —de su bolso sacó una botella de agua y me la extendió —Toma, esto debe calmar el ardor en tu garganta.
Con gusto tomé la botella y le di un gran sorbo. Traté de recordar que había pasado y que me había llevado a tener un ataque de ansiedad, después de mi malestar de la mañana tomé mi medicamento y se supone que eso debió calmar mis nervios.
—¿Cómo llegamos hasta aquí? —volví a preguntar.
—Cuando me di cuenta que no podías respirar te saqué al aire libre, apenas te senté en el suelo perdiste el conocimiento —me explicó —Me asustaste, idiota.
Su puño golpeó mi hombro con fuerza y me quejé en voz alta. Para estar asustada se le notaba bastante tranquila, se puso de pie sacudiendo su pantalón del polvo que había recogido de piso y cuando yo me quise parar, ella me detuvo.
—Quieto ahí, —me dijo empujando mi torso para volver a sentarme —iré a la agencia de viajes y saldré en un santiamén, debes guardar reposo estuviste mucho tiempo inconsciente...
—¿Me estas obligando? —pregunté ofendido, aunque en realidad me hacia gracia ver su postura mandona.
—Sí, es una orden, Harry. Quedate quieto —me extendió la botella de agua nuevamente y se alejó a paso apresurado para perderse dentro del centro comercial.
Suspire mientras me ponía de pie. Mis piernas dolían y comprendí que había sido por los temblores de la ansiedad, cuando me sentí mareado volví a dejarme caer en él suelo y recargue mi espalda en él muro que estaba detrás de mí.
Escarbe en mi mente lo que había pasado antes de quedar inconsciente. Anelisse y yo íbamos caminando tranquilamente y después... Después empecé a hablar sobre mi hermana y mi abuela...
Tomé mi cabello despeinado y con la liga que tenía en mi muñeca lo amarre en una coleta, tratando de sentirme más tranquilo y despierto.
—¿Listo para irnos? —di un pequeño saltito cuando escuché a Anelisse.
Estaba guardando unos papeles en su bolso y no me miraba, se le notaba bastante más inquieta que cuando la vi antes de que se fuera.
—¿Estás bien? —al fin dejó de luchar con su bolso y me miró. Ella asintió sin decir nada y me extendió la mano para ayudarme a ponerme de pie, la acepté y cuando me sentí estable comenzamos a caminar hasta donde recordé que había dejado él coche.
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La Noche Estrellada
FanficCuando la vida de Anelisse da un giro inesperado al enterarse del más grande secreto de su madre se da cuenta que entre más busca más encuentra secretos. Anelisse tendrá que luchar por mantener una vida normal a pesar de todas las circunstancias que...