Capítulo 58

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No sé cuánto tiempo había pasado. Parecía como si hubiera estado todo un día aquí en suelo con los brazos alrededor de Harry, tratando de no quedarme dormida para no dejarlo caer. Mis brazos se sentían entumesidos pero el contacto no me molestaba, era todo lo contrario, me sentía aliviada de tenerlo conmigo.

—Lamento mucho lo que te hice —el castaño murmuró con la mirada pérdida en el techo.

—Todo está bien, Harry —le susurre y él cerró los ojos.

—Quiero tomar una ducha —me dijo aún con los ojos cerrados y mi corazón se estrujo.

No estaba lista para dejarlo ir, no estaba lista para dejarlo solo.

—¿Quieres que te acompañe? —pregunté tímida, no lo decía en un modo de lujuria, si no de protección.

—Claro.

Nos pusimos de pie con cuidado y estire mis músculos, todo mi cuerpo dolía pero mis brazos agradecieron el movimiento.

—Te preparare el agua —dije antes de salir de la habitación y caminar hasta el baño.

Ahí adentro abrí el grifo del agua caliente y dejé que la bañera se llenará de agua, cuando sentí que ya era la suficiente lo cerré y abrí un poco el agua fría, cuando estuve templada lo cerré. Tomé un poco del jabón de burbujas y la loción de lavandas y lo vacíe en el agua, no se tardó ni cinco minutos en hacer espuma.

Escuché la puerta ser abierta y un Harry semidesnudo se asomó, le sonreí de lado y me puse de pie abriéndole el paso a la bañera, él caminó un poco tímido pero terminó metiéndose en la bañera y el agua le llegó hasta el cuello. Tomé asiento arriba de la tapa del váter y me crucé de brazos mirando al techo.

—Olvidé tu nombre —la voz de Harry me obligó a mirarlo.

—¿Qué? —pregunté porque no había entendido muy bien a lo que se refería.

—Olvidé tu nombre —repitió pero seguía sin entender, y pareció que se dio cuenta pues se sentó en la bañera acercándose a mí dejando al descubierto su pecho. —Había sido un largo día de trabajo, me sentía cansado y algo triste, llegué a casa y entonces miré las fotos tuyas en la pared... Y no recordé tu nombre.

Mi corazón se detuvo.

—Traté de hacerlo, traté de unir los cables. Sabía qué significabas en mi vida pero simplemente no recordaba tu nombre —su voz sonó apagada. —Entonces me di cuenta, que a pesar de que traté de prepararme para darte todo eso que mereces... Jamás voy a poder hacerlo, Anelisse, jamás.

—Yo sólo te quiero a ti, no necesito nada más, —me apresure a decir y tomé su rostro mojado en mis manos frías —no necesito una casa o un trabajo, no necesito una familia. Tú eres mi hogar, Harry, yo pertenezco a tu lado.

Unió su frente con la mía y soltó un suspiró tembloroso.

—¿Qué vas a hacer si un día pierdo los estribos? ¿Qué vas a hacer si algún día no me reconozco ni a mí mismo? —cerré los ojos con fuerza y negué con la cabeza.

—Siempre haré que vuelvas a mí, Harry —cerré la promesa con un beso que sabía a alcohol.

—Yo no iba a hacerlo... —susurró cuando nos separamos.

—¿Hacer qué?

—No me iba a lanzar del puente —sus palabras se sentaron sobre mis hombros.

—Lo sé —confesé.

Después de un rato me sentía lista para soltarlo, volví a mi lugar y él se sumergió en el agua para que le cubriera el pecho. Nos quedamos en silencio por un rato, aún con la mirada fija en el techo escuche como Harry se movía en el agua y supuse que estaba lavando su cuerpo.

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