Capítulo 26.

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Desde el día del asesinato de Henry, yo había estado tratando de evitar pensar en él, pensar en todo aquel recuerdo que tenía de él y de mi madre juntos. No me gustaba recordarlo porque eso solo me llevaba a pensar en el día que le dispararon. Aquel día tan traumatico, tanto como para su hijo, como para mí.

Pero no he dejado de repasar una y otra vez el interrogatorio con el detective Cámaro donde me derrumbe. No podía dejar de pensar en las nuevas conclusiones que había sacado del tema, y tampoco podía creer que me había derrumbado de la nada y, peor aún, enfrente de dos detectives y de mi madre.

–¿Estas mejor? –la voz de Harry me sacó de mis pensamientos.

Abrí la boca para contestar un "sí" pero nada salió de ella. No quería mentir. Así que me acerqué un poco más a Harry, ahora sentados en el sillón, y me aclaré la garganta.

–Harry yo... Tengo algo de confesarte –no reconocí mi voz, de lo nerviosa que estaba se había escuchado mil veces más chillona.

–Te escucho –suspire con tanta melancolía porque tenía miedo de que Harry no me comprendiera.

Tenía miedo de que no entendiera porque hice lo que hice, y porque lo sigo haciendo.

–¿Sabes de qué falleció el padre de Zachary? –pregunté.

–Él me contó algo sobre un accidente o algo así, no recuerdo muy bien la conversación porque ese día habíamos bebido y él empezó a hablar de la nada...

–Al señor Henry lo asesinaron, Harry... –un gran silencio se extendió en la sala –Hace unos años. Sucedió en mi casa, le dispararon con un arma de fuego dos veces y todo eso sucedió una noche después de que él nos invitó a cenar a mi y a mi madre a su casa.

—Espera, tu mamá y el papá de Zachary no estaban casados, ¿verdad? —preguntó Harry.

—No, —lo negué —No al menos que yo sepa.

—¿Entonces porque ustedes son hermanastros?

—Días antes de que falleciera Henry, ellos nos dijeron que iban a estar juntos formalmente apenas Henry se divorciara pero eso jamás paso, nunca alcanzaron a hacer el papeleo, ni siquiera se empezó.

—Vaya, Zachary y tú eran amigos antes de eso?

—Algo así, el era mejor amigo de mi novio entonces nos veíamos constantemente pero en realidad jamás tuvimos una gran amistad, ni siquiera cuando empezamos a vivir juntos —suspire, teniendo miedo de estar hablando demasiado.

—¿Por qué te llevas tan mal con Zachary?

—Yo, de alguna u otra manera, empecé a tenerlo algo de rencor por lo que paso ese día que su padre falleció. Por bastante tiempo esa fue la razón, ahora nos llevamos mucho mejor que antes, creeme —una pequeña sonrisa empezó a crecer en mis labios cuando casi de inmediato desapareció —Pero aún así, sé que Zachary no es el bueno de la historia, me ha obligado a mentir a la ley y demasiadas personas... Pero no podría mentirte a ti.

La sala se quedó en silencio y mi mirada se clavo en el suelo. Recordé aquel día que Harry y yo nos habíamos dejado de hablar por bastantes días y recordé sus palabras de ánimo, de alguna u otra manera hoy el peso de mis hombros había bajado considerablemente.

—Anelisse...

—Lo que tengo que confesarte no se lo puedes decir a nadie más, ni siquiera a tu más íntimo amigo... Mucho menos a la policía —guarde silencio para ordenar mis ideas. —Yo tenía un novio que era amigo de Zachary, teníamos un buen noviazgo de unos dos años o algo así. De repente una noche, justamente la noche que Henry falleció, él me dejó en mí casa y empezamos a discutir entonces salí de su auto rápidamente, fui a la cajuela pues ahí tenía mi mochila pero me llevé una sorpresa cuando vi la cajuela llena de paquetes cuadrados envueltos en cinta negra... —me detuve un momento, pues me di cuenta que no estaba respirando. Suspire antes de seguir hablando, recordando a la perfección lo que sucedió esa noche...

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